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16/06/2024  
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San Fernando

Antonio Jiménez, la avanzadilla de los que cambiarán las viejas formas

Autor de los carteles de Carnaval y Feria del Carmen, es el primero que marca las nuevas pautas de un futuro que es hoy.

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Joven, de La Isla, con talento como se ha visto en los carteles de Feria y Carnaval y también en el logotipo del 250 aniversario del primer ayuntamiento de la ciudad y además, todavía está en San Fernando. Pero porque todavía le queda por estudiar un poco más, porque después ya se verá. De todas formas ahora están volviendo algunos y desde el Ayuntamiento se apuesta por poner en marcha un vivero de talentos relacionados con el diseño, la informática, la creatividad en suma. Esa parte, sin embargo, está por ver.

Lo que sí es cierto es que los carteles de Feria y de Carnaval han cautivado a la mayoría que no esperaban algo así, aunque también los hay que se mantienen en los gustos tradicionales, traje de flamenca, Virgen del Carmen, Puente Zuazo y todos los tópicos típicos de las fiestas patronales y las carnestolendas.

Este año no ha habido concurso sino que se ha optado por encargarle a un diseñador en concreto los carteles. Es un riesgo porque no se sabe lo que va a presentar el artista, pero casi se puede asegurar que siempre suele ser un acierto cuando se deja trabajar a la gente sin injerencia.

Para Antonio Jiménez supone un espaldarazo el encargo, pero dice que le llena más el hecho de que el Ayuntamiento haya optado por elegir a un diseñador de San Fernando, que este año ha sido él pero el año que viene será otro distinto. Y así hasta cuatro años, que es lo máximo que puede decidirse desde el Gobierno actual.

“Yo con lo que me quedo es que el premio queda en San Fernando, han elegido a uno de aquí”, dice Jiménez. Pero obviamente, cuando se elige a alguien –el sistema es arriesgado en sí mismo, pero tampoco hay que rizar el rizo- es porque ese alguien ya ha presentado sus credenciales con otros trabajos y es digno de la confianza que se deposita en él.

Y en este aspecto, que da la dimensión exacta del riesgo que asume el concejal de turno –en este caso el de Fiestas, Jaime Armario- es bueno explicar que Antonio Jiménez sólo recibió el encargo, supo de la leyenda que tienen que llevar los carteles y ya no hubo más contacto con el delegado. No hubo seguimiento. Se le ofreció toda la confianza hasta que el diseñador llegó al despacho de Armario, extendió los carteles sobre la mesa y dijo: -Aquí están.

Dice Jiménez que a Armario le gustaron desde el primer momento, independientemente de que tuviera que contar con el visto bueno de otras instancias municipales, pero lo cierto es que esos mismos carteles que se pusieron sobre la mesa son los mismos que han salido a la calle, con polémica como todos –haya o no concurso, aunque quizá en los concursos hay más polémicas- pero con una mayoría de gente que han visto algo distinto a todo lo que se había hecho. Y eso ya es un triunfo.

Pero decía que antes de recibir un encargo se han presentado unas credenciales. Antonio Jiménez es uno de los dos cámaras –junto con Pablo Sánchez Serrano- que grabó el documental Bosque de musas, de Antonio Mota y que lo editó, aunque en este caso considera que fue un trabajo “de La Isla para La Isla” y como una forma de promocionarse, además de ponerle el alma como transmite la cinta.

En lo que afecta al diseño gráfico, ha realizado el cartel del homenaje a Aguilar de Vejer o la carátula y diseño del disco de Trini de La Isla, que mantiene el estilo sencillo y singular que busca el flamenco, entre otros trabajos. Aunque el espaldarazo de los dos carteles oficiales de las próximas fiestas es el que realmente lo catapultan al mundo comercial, que no en vano han estado en la Feria Internacional del Turismo celebrada recientemente y ya están distribuidos por todas las agencias turísticas.

Y lo bueno de esto, coincide Jiménez, es que si bien a esos escaparates internacionales van los carteles de determinadas fiestas, detrás de esas obras hay un diseñador, en este caso. “No va sólo el cartel, va un isleño, un diseñador”. Y lógicamente, el que vaya buscando un diseñador se fijará en el cartel y acto seguido preguntará por el autor. Son los comienzos, los duros comienzos.

Lo bueno de los dos carteles es que los dos son agradablemente atrevidos. En el de Carnaval ha roto con todo lo que había. Porque de eso se trataba y así se lo comunicó Jaime Armario, el deseo del Ayuntamiento de romper con lo que hubo hasta ese momento además de que fuera un isleño el autor.

“Ahora mismo hay una tendencia de hacer carteles tipográficos y puedes ver miles de carteles tipográficos. Pero lo importante en la creatividad es coger una tendencia o algo que está creado y fusionarlo con algo de San Fernando como es el estribillo de Requeté. Yo estaba harto de ver máscaras de carnaval, serpentinas, confetis, edificios de San Fernando… Quería llevarlo a las nuevas tendencias y me dicen que se parece a alguno. Pues claro que se parece. El cartel tipográfico es una tendencia que está ahora en el mundo del diseño gráfico pero que aquí en San Fernando nunca se había utilizado para anunciar una fiesta. Y que mejor que anunciarlo con un estribillo, que estaba ahí, que es un estribillo universal del carnaval. ¿Qué mejor que coger un cartel tipográfico y el estribillo de carnaval y fusionarlo? El Carnaval es letra y además se trata de una letra que tenemos, que es de aquí de La Isla. ¿Por qué no anunciarla en un cartel?”

Eso no sabe de la noche a la mañana sino después de “hacer y romper muchos bocetos”. Pero lo que tenía claro es que “estaba arriesgando mucho, que era romper con todo lo que se había hecho aquí anteriormente”.

Y de hecho esa fue la respuesta que encontró en la delegación de Fiestas, “qué dos estilos más diferentes a lo anterior”. Porque uno era el cartel tipográfico del carnaval y en un estilo diametralmente opuesto, el de la Feria del Carmen y de la Sal.

Antonio Jiménez, se le decía desde esta casa pero está de acuerdo, sabe que hace unos años no le hubieran dejado pasar esos dos carteles, más por miedo al que dirán –que los políticos son cobardes por naturaleza- que porque les gustara o les dejara de gustar. Quizá el hecho de que haya gente joven en el Ayuntamiento haya contribuido al buen fin de la peligrosa apuesta.

Jiménez, consciente de que cualquier obra trae polémica, no sólo no la teme sino que le agrada porque significa que están opinando de ella. Pero no busca la polémica sino el contraste de pareceres que le sirva para calibrarse a sí mismo, para reconocer una equivocación si hace falta o para enderezar el rumbo. Por eso eso lo escucha todo, lo bueno y lo malo. Aunque el rumbo lo tiene muy claro.

El autor de los carteles de Carnaval y Feria, a pesar de que ahora quiere realizar cursos superiores de diseño, ya cuenta con el suficiente bagaje para trabajar con empresas y aprender de todos, que es una de las mejores cosas que puede tener un joven, reconocer que aprender es bueno. Y no se trata de una perogrullada. Hay mucho artista soberbio por esos mundos que precisamente por no tener en cuenta a esa máxima nunca llegan a ser un soberbio artista.

Trabaja para una firma valenciana, on line, porque el trabajo de los diseñadores no siempre precisa del hecho presencial. Es bueno estar rodeado de otros diseñadores e intercambiar opiniones e información, pero también se puede trabajar solo y a distancia. El gran milagro de Internet.

Máxime cuando Cádiz “anda muy mal” en el campo del diseño gráfico. “Hay estudios muy punteros, pero dos o tres”. Y eso que diseñadores sí hay muchos, pero freelance porque entre otras cosas es realmente difícil montar un estudio y tener una cartera de clientes para mantenerlo. No siendo Cádiz ni Madrid, ni Barcelona, ni Valencia, donde está el meollo del asunto.

Pero lo que se decía. Las plataformas mandan y el trabajo está en ellas. Es otra concepción de la vida a la que la gente más mayor no está acostumbrada pero que los jóvenes comprenden. La trashumancia laboral que lejos de ser un indicio de precariedad, entre los creadores es una forma de enriquecimiento entre unos y otros. Eso sí, pendientes siempre de la catadura moral de cada uno. O dicho de otra forma: si tienes una gran idea, regístrala que hay gente para todo. Pero peor que se queden con lo tuyo es esconderlo y no cotejarlo con lo que hacen los demás. Entonces es como si no tuvieran nada.

Estos son algunos rasgos de Antonio Jiménez, el diseñador elegido este año que “me alegraré” de que el año que viene escojan a otro joven isleño para realizar este tipo de trabajo. Los carteles están ahí. Para gusto, colores. Pero la calidad no se la quita nadie con un mínimo de conocimiento de lo que es el diseño.

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