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Patricia Bueno Pérez, la ‘ironwoman’ malagueña

La deportista, tras su clasificación el pasado agosto, ha centrado su preparación este año en el mundial de Hawai

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  • Patricia Bueno -

 Su nombre se escribe durante las últimas temporadas en el podio de las competiciones autonómicas de natación, ciclismo, duatlón y triatlón. Patricia Bueno no solo se ha hecho un hueco en el deporte andaluz, sino que la pasada campaña logró saltar a la élite mundial.

Desde muy joven la malagueña se inició en el mundo del deporte, saltando de atletismo a la natación con 11 años. “Siempre he sido muy competitiva y me gustaba mucho la alta competición”, comenta Patricia Bueno, quien pasó de la natación al triatlón ganando su primera competición en el tres en uno.

En la selección
La deportista tuvo una buena trayectoria en corta distancia y en su etapa júnior estuvo convocada por la selección, obtuvo plaza para el Europeo de Duatlón en Serres (Grecia) y fue subcampeona de España. “Fue una etapa muy bonita de mi vida, que quizá podría haber aguantado un poco más pero cambié, y me fue bien”, recuerda.

Pero Bueno quiso dar un paso más y en la categoría sub-23 dio el salto a la media y larga distancia. “Como en mi grupo de entrenamiento prácticamente todos hacían larga distancia, al final me terminaron picando y, ahora, me gusta más”, afirma la malagueña.

En la élite mundial
Desde ese momento, pequeñas metas empezaron a teñir de rojo el calendario deportivo de la triatleta: primer medio ironman en Arinaga o el primer Ironman en Lanzarote. “En 2011 fui a verlo en Lanzarote y me encantó el ambiente familiar que había en la isla, la filosofía... supe que tenía que debutar allí y lo disfruté muchísimo”, dice.

El pasado agosto, en la localidad francesa de Vichy, logró su mayor hazaña: ganó la prueba ironman, en el grupo de edad más 25 años, y se metió en el top- 10, siendo novena, y clasificándose para el Mundial Ironman de Kona (Hawai). El tiempo fue de 10:58:49, su mejor marca personal en esta distancia.

La malagueña no solo tiene que luchar con el frío, las olas, las corrientes o las rivales... “por suerte llevo toda mi vida nadando en el mar y no me ha picado una medusa”, bromea, pero para llegar al mundial hay que competir internacionalmente por lo que económicamente es complicado y compagina entrenamientos, trabajo e, incluso, participa en plataformas de crowfunding para poder viajar.

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