Sin ninguna experiencia anterior en la política municipal, a Manuel Bonilla Hidalgo le ha tocado bailar con la más fea en el Ayuntamiento que, según las estadísticas oficiales, es el que más deuda per cápita tiene de las capitales españolas. Aunque nació en Madrid por el destino profesional de su padre, llegó a Jaén cuando era muy pequeño, y en el colegio Alfredo Cazabán coincidió con el actual alcalde, Javier Márquez, con quien forjó una amistad que luego ha resultado ser decisiva para que Bonilla entrara en el Consistorio. “Ya ajustaremos cuentas”, bromea el edil de Hacienda en referencia a su amigo y compañero, que fue quien le propuso para la concejalía de Hacienda y, desde el relevo en la alcaldía, también al frente del área de Contratación y de la Oficina de Control de las Empresas Concesionarias. Asesor fiscal de profesión, Manuel Bonilla estuvo trabajando antes en la empresa privada y, durante cuatro años, como interino en la Delegación de Medio Ambiente de Jaén, donde el azar quiso que, en 2009, fuera el encargado de instruir la sanción de 2.000 euros al ministro de Justicia Mariano Bermejo por cazar sin licencia en fincas jienenses de Torres y Andújar.
Padre de dos hijos pequeños, Manuel Bonilla acude al Desayuno de VIVA JAÉN en el Parador de Turismo para hacer un diagnóstico económico del Ayuntamiento de Jaén y las soluciones que paliativas que hay en marcha. “En términos médicos podríamos decir que el Consistorio está en una crisis aguda y, como hemos dicho otras veces, si esto fuera una empresa privada estaría en disolución”, comenta nada más tomar asiento. Y deja para el final los números que avalan ese escenario: Una deuda global que, a falta de la liquidación del ejercicio de 2015, él estima en el entorno de 530 millones de euros (la oposición la eleva hasta los 700 millones), de los que 390 millones sería deuda financiera, y de ella 45 millones a corto plazo. Eso provoca que el Ayuntamiento pague cada año unos 8 millones en intereses financieros o, lo que es lo mismo, casi 22.000 euros al día.
El concejal de Hacienda tiene claro, por tanto, que la solución pasa por corregir, en un escenario temporal de al menos una década, el “desequilibrio financiero estructural del Ayuntamiento”, que ahora sitúa en un déficit anual que oscila entre 20 y 40 millones de euros. Dos terceras partes del gasto municipal, admite Bonilla, se va en el pago de las nóminas de los 1.400 empleados locales, que suponen cuatro millones de euros al mes, una tarea que cada mes le da mayor dolor de cabeza. “Hay que luchar mes a mes las nóminas”, señala Bonilla que, como buen aficionado al Atlético de Madrid, utiliza la frase de ‘ir partido a partido’ de Simeone para definir la difícil gestión de su área. Admite, en todo caso, que esta situación de penuria económica le produce cierta zozobra: “Hay días que digo dónde me he metido yo”.
¿Y qué medidas hay en marcha para paliar este panorama tan desolador? De entrada, Bonilla la ayuda recibida hasta ahora del Ministerio de Hacienda. “El ministro de Cristóbal Montoro ha sido un ángel de la guarda para este Ayuntamiento”, señala, en alusión a las medidas de refinanciación de la deuda que les ha autorizado. Por eso habla de “preocupación real” en el seno del equipo de gobierno porque el retraso en la formación de Gobierno ha dejado al Consistorio sin interlocución en Madrid. De hecho, otro tema pendiente es con el Gobierno de la nación es un paquete de medidas comunes con una quincena de ayuntamientos en una situación similar al de Jaén para dotarlos de mayor liquidez, “sin que eso suponga ninguna amnistía”, aclara Bonilla. Hacienda retiene ahora al Consistorio jienense un 50% de la PIE (Participación en los Ingresos del Estado), pero Bonilla anuncia que se va a solicitar rebajar esa retención otro 25%, que daría otro alivio mensual de 600.000 euros.
La dimensión de la plantilla municipal es otro de los debates instalados a la hora de contemplar medidas de saneamiento económico. Hasta ahora, el Consistorio tan solo tiene en marcha la tasa de reposición 0 del personal, es decir, que no se cubre ninguna baja por jubilación. Eso ha permitido aminorar la plantilla en 120 trabajadores en los últimos cuatro años, y se prevé otro descenso similar en este mandato. Bonilla cree que otras medidas como las 500 prejubilaciones planteadas por los tres exconcejales de Ciudadanos no caben porque exigen cambios de la normativa estatal. “Tenemos que hacer compatible el mantenimiento del empleo con el control del gasto”, reflexiona el edil de Hacienda.
La mejora de los niveles de recaudación es otro de los retos del edil para aliviar la situación financiera. Actualmente, se recauda un 87% de tributos en periodo voluntario, pero el porcentaje baja al 90% en tasas. La recaudación global asciende a 45 millones de euros, aunque Bonilla cree que en este tema “hay margen de maniobra”. El Consistorio ha logrado este año otros ingresos adicionales de casi dos millones de euros en un plan de regularización catastral que ha tenido 3.200 incidencias. “Queremos poner en marcha un nuevo plan de inspección y recaudación tributaria, que es uno de los compromisos del plan de ajuste”, indica Bonilla. El concejal también pretende establecer un convenio con la Junta de Andalucía para revisar el impuesto de plusvalías.
Manuel Bonilla ha asumido también la presidencia de la Oficina de Control de Empresas Concesionarias, y su primera tarea es culminar la negociación del nuevo pliego de la basura. “Queremos consensuar con todos los grupos la mejor solución, siempre garantizando la calidad del servicio”, señala el edil, convencido de que se va a producir una importante rebaja en el nuevo contrato (el anterior era de 16 millones), sobre todo si prospera la utilización del vertedero de la Diputación. Con todo, Bonilla dice que ha remitido el borrador del pliego a los servicios técnicos municipales para que en dos meses tengan las propuestas definitivas. Bonilla garantiza, eso sí, la subrogación de toda la plantilla de FCC en el nuevo contrato.
