La teniente de Alcaldesa y delegada de Igualdad, Acción Social y Medio Rural, Carmen Collado, relativizó ayer el papel de la mujer en las hermandades, entre otras cosas porque no las ve “cargando pasos” y porque considera que apenas se dedican “a sacar a los niños a la calle” en Semana Santa.
Collado admitió desconocer la normativa por la que se rigen las cofradías -que consagra la igualdad de sexos desde hace ya un cuarto de siglo-, pero sí lamentó que su presencia en las hermandades está a su juicio carente de “visibilidad”.
“Yo no veo a las mujeres cargando pasos y como delegada de Igualdad lo tengo que decir. Es una reflexión que hago, que no quiero que se entienda como una crítica. Igual es que las mujeres no se proponen..., no estoy culpabilizando a nadie, simplemente pongo en evidencia una realidad. Puede ser que las mujeres no se ofrezcan, pero por qué no se ofrecen”, preguntó en voz alta.
Partiendo de su confeso desconocimiento de la realidad de las hermandades, Collado sustentó su argumentación en el hecho de que “en las fotografías” de las reuniones de “los responsables de las hermandades” apenas se aprecia la presencia de la mujer.
Y continuó preguntando en voz alta: “¿Dónde están las mujeres en Semana Santa? ¿Dónde están las mujeres en las hermandades? Las mujeres van con los niños a ver la Semana Santa y a sacarlos..., pero en lo que es en sí ese mundo tan fuerte, que tanta influencia tiene, que hay que reconocer que tiene muchísima influencia social y es algo incuestionable, ¿dónde están las mujeres”, insistió.
El debate sobre el papel de la mujer en las hermandades fue cerrado por el obispo Rafael Bellido Caro en 1990, cuando decretó la igualdad plena de derechos y obligaciones para ambos sexos. La Hermandad de la Amargura llegó a desafiar ese decreto, y en cabildo celebrado en 1995 votó en contra de esa igualdad. La votación sería posteriormente anulada por el propio obispo.
Desde entonces es habitual la presencia de la mujer tanto en los cortejos de nazarenos como en las juntas de gobierno, que son los órganos que dirigen a las hermandades y que se renuevan cada cuatro años en elecciones abiertas. Hasta ahora sólo una mujer ha optado al cargo de hermano mayor, Eva Castañeda, en El Perdón, que recibió el apoyo mayoritario del cabildo de hermanos y ejerce el cargo desde hace año y medio.