La Organización Mundial del Comercio (OMC) pronosticó hoy que el comercio internacional crecerá "a un ritmo lento" en 2016, del 2,8 % e idéntico al registrado en 2015, año en el que Sudamérica registró la peor evolución en términos de importaciones a nivel global.
Esta última situación se debió a la reducción de la demanda en Brasil, "por la profunda recesión que vive ese país", indicaron los analistas de la organización que establece las reglas que regulan el comercio mundial y supervisa su cumplimiento.
La contribución de Centroamérica y Sudamérica al crecimiento del volumen de exportaciones fue mínima, mientras que fue negativa en cuanto a importaciones.
Al valorar la situación de Brasil, "uno de los indicadores más claros es la contracción de las importaciones, que han disminuido mucho y esto no es una sorpresa frente a la situación económica", dijo el director general de la OMC, Roberto Azevedo, en una rueda de presa.
El impacto de lo que ocurre en Brasil sobre el resto de la región es evidente cuando se sabe que este país representa el 25 % de las importaciones de Latinoamérica.
Para 2017, la organización prevé que el comercio mundial aumentará a una tasa del 3,6 %, lo que seguirá estando por debajo del promedio del 5 % que se registraba desde inicios de los años noventa.
De acuerdo a la evaluación de la OMC, el Producto Interior Bruto (PIB) del conjunto de las economías desarrolladas presenta una tendencia a la baja, lo contrario a lo que se espera ocurra en las economías en desarrollo, donde se anticipa un "repunte" en este ámbito.
Evaluados por nivel de desarrollo económico, las importaciones de los países desarrollados deberían contenerse en 2016, mientras que la demanda de productos importados en los países en desarrollo, concretamente de Asia, debería progresar.
Asia contribuyó más que ninguna otra región a la recuperación del comercio mundial desde la crisis financiera del 2008-2009, pero su influencia ha ido decreciendo conforme su ritmo de crecimiento ha ido disminuyendo.
Los economistas de la OMC admitieron hoy que todas estas previsiones dependen de factores que definirán la salud de la economía mundial en los próximos meses.
Entre los riesgos mencionados está el que la desaceleración de la economía china sea más crítica de lo que se espera, que la volatilidad de los mercados financieros empeore y que los países con una gran deuda exterior tengan que hacer frente a movimientos bruscos de los tipos de cambio.
Frente a esas amenazas existe la esperanza de que la ayuda monetaria del Banco Centra Europeo consiga acelerar el crecimiento en la Eurozona.
Europa volvió a contribuir en 2015 de forma "positiva y notable" con el crecimiento del comercio, con 1,5 puntos porcentuales, en el aumento mundial del 2,6 %.
Según las estadísticas presentadas por la OMC, gran parte de la importancia que ha recuperado Europa se debe a la recuperación gradual del comercio interno en la Unión Europea en los dos últimos años.
Se estima que en este periodo se han ido disipando los lastres de la deuda soberana comunitaria.