El exceso de velocidad está detrás del 55 por ciento de los accidentes mortales que se han registrado en las carreteras de la provincia a lo largo del presente ejercicio, según los datos ofrecidos ayer por la Subdelegación del Gobierno. En concreto, en lo que va de año se han contabilizado nueve accidentes con víctimas mortales, cinco de los cuales se produjeron como consecuencia de salidas de vía provocadas por el exceso de velocidad. En esos siniestros fallecieron seis personas.
Además, se han producido dos atropellos y dos colisiones frontales. De los nueve accidentes mortales que se han registrado hasta ahora en la provincia, ocho tuvieron lugar en carreteras convencionales.
El subdelegado del Gobierno, Javier de Torre, presentó ayer en el Aeropuerto de Jerez la Campaña de vigilancia de velocidad que realiza esta semana en la zona la Dirección General de Tráfico (DGT).
En esta campaña se duplica el número de controles con respecto a los que se realizan habitualmente y en ella se está recordando a los conductores la importancia de respetar los límites de velocidad y la necesidad de adecuar la velocidad a las circunstancias meteorológicas y del tráfico.
En la presentación de la campaña se contó con la presencia de un helicóptero de la DGT con sistema de radar Pegasus, capaz de detectar los excesos de velocidad de los vehículos desde el aire. El aparato realizó un vuelo demostrativo con un cámara de TV a bordo.
El pasado mes de marzo se cumplieron tres años desde la puesta en marcha del primer radar Pegasus en uno de los helicópteros de la DGT, un mecanismo incluido en la cámara de vigilancia que llevan los helicópteros que es capaz de controlar la velocidad de los vehículos y detectar infracciones de velocidad desde el aire.
Estos radares constan de dos cámaras: una panorámica, que facilita el seguimiento y captación de la velocidad, y otra de detalle, que permite leer la matrícula del vehículo.
Con respecto a un radar fijo con el que se controla sólo un punto concreto de la carretera, este sistema aporta la facilidad de vigilar cientos de kilómetros en un vuelo de dos horas de duración.
Desde el aire, con una mejor visión, se puede ser mucho más selectivo en el control de vehículos que circulen con exceso de velocidad o conductas temerarias.