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3.800 años la contemplan

El descubrimiento de la momia de Sattjeni, una dama de la nobleza, depositaria de la sangre dinástica en la ciudad egipcia de Asuán, tiene el sello de la UJA

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  • Uno de los ataúdes. -

Un  equipo de egiptólogos españoles, entre ellos de la Universidad de Jaén, ha rescatado la momia de una gran dama de finales de la dinastía XII, enterrada al final de un pozo de la colina de Qubbet el Hawa, en la ciudad de Asuán. El descubrimiento, anunciado a través de un comunicado por el Ministerio de Antigüedades egipcio, lleva la firma de la misión de la Universidad de Jaén, que horada la necrópolis desde 2008 bajo la dirección del jefe de la misión, el profesor jienense Alejandro Jiménez.

La difunta, Sattjeni, alumbró a dos de los gobernantes de la región durante el reinado de Amenemhat III, alrededor de 1800-1775 a.C.: Heqaib III y su hermano y sucesor, Ameny-Seneb (1810 -1790 a. C.).
La momia de Sattjeni, “hija, esposa y madre de gobernadores”, según Jiménez, fue hallada dentro de dos sarcófagos de madera en la necrópolis de Qubbet el-Hawa, en el Valle de los Nobles, donde excava el equipo español desde hace ocho años.

El director del departamento de Antigüedades egipcio, Mahmud Afifi, aseguró  en un comunicado que Sattjeni era además hija del emir Sarenput II y “una de las personalidades principales de la época”.


Para Alejandro Jiménez, la importancia del hallazgo, realizado el pasado 5 de marzo, radica en que esta familia estaba “justo por debajo del faraón” Amenemhat III (1800-1775 a. C.) en la jerarquía de Asuán.

La momia tiene el rostro cubierto por una máscara policromada y realizada en “cartonage”, que es una mezcla de vendas y yeso, detalló el arqueólogo español.
Los sarcófagos, de madera de cedro del Líbano, están tallados y presentan escrituras jeroglíficas que permitieron identificar a Sattjeni y datar la tumba. El ataúd interior se encuentra en buen estado de conservación.

La misión de la Universidad de Jaén trabaja desde 2008 en la necrópolis de Qubbet el-Hawa y las excavaciones que les han dado “buenos resultados”.

Entre los hallazgos destaca el caso más antiguo de cáncer de pecho en los restos de una mujer que datan de finales de la VI dinastía faraónica (año 2.200 a.C).

Estas excavaciones van arrojando luz, poco a poco, sobre la familia gobernante de Elefantina durante este período y sobre el funcionamiento interno de estas dinastías de gobernadores provinciales.

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