El embajador de Chile en España, Francisco Marambio, inaugura el próximo martes, 21 de junio a las 19.30 horas, las exposiciones ‘El arte de Pablo Siebel, tras los pasos de Rilke’ y ‘Facetas ocultas: Chile observado de reojo’ que muestra la obra de los fotógrafos Zaida González, Alejandro Hoppe, Álvaro Hoppe, Luis Navarro, Claudio Pérez y Leonora Vicuña.
Las obras que Pablo Siebel ha creado para la exposición ‘El arte de Pablo Siebel, tras los pasos de Rilke’, rememoran el paso de Rainer María Rilke por tierras andaluzas. El poeta checo escribió durante este viaje, realizado en el año 1912, gran parte de la ‘VI Elegía’ y la ‘Trilogía Española’. Esa es la razón por la que el artista chileno ha seleccionado algunos fragmentos de poemas para que estén presentes junto a sus obras. De esta manera, pretende involucrar al espectador para que busque en su interior su propia interpretación de lo escrito.
Durante la preparación de esta exposición, fallece la galerista en Suiza y amiga del autor Corinne Wagner-Zoelly (1930-2016). En su memoria pinta el cuadro que abre y da la bienvenida a esta exposición, un homenaje a ella y su recuerdo.
Siebel nació en Santiago de Chile en 1954, hijo de madre chilena y padre alemán. Es el mayor de cinco hermanos. Desde niño mostró su creatividad modelando figuras de personajes y animales inventados, que forman parte de su mundo imaginario. Desde pequeño, entra en contacto con el mundo de la cultura, especialmente el de la música y el arte. En 1970 la familia se traslada a Alemania y más tarde a España. De nuevo se muda a Hamburgo donde prosigue sus estudios de Economía Bancaria y de grabado. Al finalizar regresa a España para estudiar Derecho en la Universidad Complutense de Madrid, donde se licenció en 1979.
En 1980 viaja a Austria donde realiza su primera exposición individual de pintura. A partir de esta fecha deja a un lado el Derecho y la Economía, dedicando su vida profesional por completo al arte.
Tiene en su haber más de sesenta exposiciones en galerías y museos de diferentes países: España, Alemania, Austria, Suiza, Inglaterra, Chile, Argentina, Japón y Estados Unidos. Sus obras están expuestas en museos e instituciones tanto públicas como en colecciones privadas.
En ‘Pinturas andaluzas de Pablo Siebel. Tras los pasos de Rilke’, se podrán contemplar grandes cuadros, pintados sobre telas estampadas, de un gran colorido. También esculturas realizadas con materiales reciclados que el autor encuentra en la naturaleza. Como a él mismo le gusta subrayar, así se encuentra el equilibrio en esa cadena de vida, muerte y finalmente, abriéndose paso, de nuevo la vida.
La muestra permanecerá abierta en la Casa de Iberoamérica desde el 21 de junio hasta el 4 de septiembre.
Por otra parte, en ‘Facetas ocultas: Chile observado de reojo’, tres generaciones de fotógrafos chilenos estarán presentes con su obra en la Casa de Iberoamérica durante este verano. Anclados en una tierra movediza –sea por las fuerzas de la naturaleza o por su historia reciente– los trabajos de estos seis fotógrafos chilenos, al comienzo del siglo XXI, tienen un valor artístico único. Si las miradas de algunos nacieron bajo la dictadura, en el corazón de los combates que se desarrollaban en las calles, otros son marcados por intereses hacia los grupos marginales de la sociedad chilena. El conjunto forma, sin lugar a dudas, una poesía urbana particular, a veces insólita, que nace en la transición del siglo XX al siglo XXI.
Tal y como explica uno de los comisarios de esta muestra, el franco-chileno Patrice Loubon, cada uno de ellos, desde su relación íntima con el país y sus territorios humanos, sus contrastes, su historia, ha ido al encuentro de lo que no se quiere ver o lo que ha desaparecido, como si captar lo prohibido, lo lejano, lo elusivo, fuese siempre una búsqueda. “Cada uno de estos fotógrafos se apropia de la experiencia de su relación con el país, de su territorio humano, de sus contrastes, de su historia. Cada uno busca lo que no es visible o lo que ya no lo es. Como si lo prohibido, lo lejano, el desvanecimiento de lo invisible fuese siempre una búsqueda”, asevera.
Todos, subraya Loubon, representan no solamente la resistencia al orden establecido sino también una profunda vinculación con comunidades “invisibles” que pueblan Chile.
La exposición ‘Facetas ocultas’ se enfoca en esta cara de sus trabajos, una tentativa de correr el velo de los rincones oscuros de un “otro” Chile, a ratos olvidado pero irresistiblemente humano.
Es así, como Zaida González (1977), única representante de su generación y única del grupo que no vivió el toque de queda y la dura angustia de las mañanas inciertas, revela las imágenes de un Chile “underground” y transgresor. Zaida interviene con acuarelas sus fotografías en blanco y negro para darle otra dimensión temporal y atenuar el alcance de la carga crítica que vehiculan.
Claudio Pérez (1957) vuelve a visitar los antiguos mitos y rituales del norte de Chile. Entre etnología y arqueología contemporánea, su mirada observa lo real, dejando entrever los resplandores a veces enigmáticos que atraviesan la superficie de las cosas para dar una visión compleja e inspirada.
Luis Navarro (1938) comparte la vida de los gitanos chilenos desde hace décadas.
Con este trabajo de largo plazo que se concentra principalmente en las mujeres de la comunidad, levanta el retrato de un grupo humano minoritario viviendo a miles de kilómetros de las tierras que lo han visto nacer y que logra, a pesar de todo, mantener sus costumbres y su cultura.
Los hermanos Álvaro Hoppe (1956) y Alejandro Hoppe (1961) son dos de los más emblemáticos fotógrafos del libro y del proyecto “Chile from within”, dirigido por la gran fotógrafa de Magnum, Susan Meiselas. Este trabajo de fines de los años 80, testimonio de la gran tradición del foto-reportaje militante, extrae de manera relevante todo lo que pueda encontrar sentido en la calle, transformándose en una traducción visual de ese período tenso y trágico de la historia de Chile en dictadura.
Por último, Leonora Vicuña (1952) evoca por medio de soportes complementarios a la fotografía (el vídeo e intervenciones plásticas) los mundos subterráneos y ancestrales de Chile. Entre reivindicación y lucha por la preservación de la memoria y de la identidad del pueblo mapuche, su obra está construida a la manera de una pesquisa policial. El punto de partida es una fotografía en donde alguien ha borrado deliberadamente el rostro de uno de los protagonistas. Su trabajo oscila entre el documento y la fantasmagoría chamánica. Parábola de un tiempo que, si bien parece avanzar, pone frente a frente las épocas.
Facetas ocultas invita al visitante a ver la sociedad de reojo, por el borde de sus márgenes. ¿La memoria es una fuente de inspiración para el futuro? Una cosa es segura: como en toda obra, la implicación y la búsqueda constituyen un vector dinámico. El compromiso de los fotógrafos en esta búsqueda que estuvo a veces a punto de costarles la vida es su primer motor.
Cada uno de los fotógrafos se apropia de manera singular de secciones enteras de la historia contemporánea y del pasado, dejando pasar los haces de una luz radiante que revelan algunas de las “facetas ocultas” de ese singular y complejo país del fin del mundo.
La exposición Facetas Ocultas, organizada por la Sociedad Municipal Cádiz 2012 y la Embajada de Chile en España, con el apoyo de Dirección de Asuntos Culturales de la Cancillería de ese país (DIRAC) y la Fundación Chile España, se mostró ya en la Casa de América Latina en París y en la Casa de Iberoamérica permanecerá abierta hasta el 18 de septiembre de 2016.