En la cuenta atrás hacia el 16 de julio, festividad de la Patrona de los marineros, la Hermandad de Nuestra Señora del Carmen se prepara para su día grande con la celebración de numerosos actos religiosos previos. Por ello, un año más, el atril de la Parroquia Nuestra Señora de la O acogía en la noche de ayer el X Pregón a la Virgen del Carmen en el que el cofrade sevillano Eulogio García enarboló una sentida loa a la Estrella de los Mares impregnada de la cercanía que proporcionan las vivencias y sensaciones más íntimas y personales narradas desde el corazón.
Y es que, siguiendo el consejo de su amigo y presentador, Francisco José Cos, quien arengó a Eulogio García a que en esta exaltación mariana se dejase llevar “por el corazón, porque el corazón siempre habla al corazón”, el pregonero dejó aflorar a lo largo de toda su alocución los sentimientos más puros que profesa hacia esta advocación de la Virgen.
Definido por Cos como un “cristiano y mariano, que habla sin dobleces, un hombre cabal, cofrade, sencillo, tímido, discreto y valiente: un hermano comprometido” y tras la interpretación de una de las marchas de la Banda de Música de la Hermandad del Nazareno, Eulogio García se encomendó a la Virgen del Carmen para dar comienzo a su pregón.
Con la voz quebrada por la emoción, García rompió su timidez inicial para narrar a los presentes el nacimiento de su devoción carmelita, vinculada a su afición a la pesca, y su descubrimiento emocional y vital de la localidad de Rota, a la que actualmente se encuentra profundamente unido y donde disfruta de largas temporadas junto a su familia y amigos. “Rota es mi fuente de inspiración, una terapia de alegría continuada”, confesó el pregonero.
Con un lenguaje sencillo y cercano, pero sin dejar de lado la emoción que le embargaba por momentos durante la alocución, Eulogio García rememoró el primer 16 de julio en el que contempló a la Patrona de los Marineros surcar el litoral roteño. “Virgen del Carmen, ¿qué me hiciste ese día que Eulogio no te puede olvidar?” se cuestionaba el pregonero dirigiéndose a Ella, mientras sus ojos se inundaban de lágrimas al recordar a su amigo Juan Pruaño y a su joven cuñado Fernando ‘El Panadero’, ambos fallecidos recientemente.
Una precisa y sentida narración, plagada de detalles, de la procesión marítima y terrestre de la Estrella de los Mares ante la expectación de una Rota devota que la acompaña año tras año sirvió como colofón final para este emotivo X pregón a la Virgen del Carmen que se cerró con el calor de los aplausos de los presentes y la tradicional interpretación de la Salve Marinera.
