La Base Naval de Rota (Cádiz), un espacio de uso conjunto en el que las fuerzas armadas de EEUU están asentadas desde hace 63 años, es uno de los destinos favoritos de los militares estadounidenses y un foco económico de la zona con un impacto directo e indirecto cifrado en 600 millones de euros.
La visita de Barack Obama es la primera que un presidente de los EEUU realiza a esta base de uso conjunto que, entre 2014 y 2015, ha potenciado su aportación a la defensa internacional con el asentamiento en ella de los cuatro destructores norteamericanos que forman el escudo antimisiles de la OTAN.
Con este dispositivo llegaron a la base unos 1.200 marinos estadounidenses, lo que ha hecho que la población de estadounidenses en la zona se sitúe en casi unas 6.000 personas (2.846 militares, 400 trabajadores civiles y 2.610 familiares).
El uso de la base por parte de Estados Unidos se incluyó en un convenio defensivo que España y ese país firmaron en 1953 y que incluía las de Morón (Sevilla), Torrejón (Madrid) y Zaragoza.
En 1988 se definió una reducción de la presencia militar estadounidense en España, que en la actualidad se ubica en Morón y Rota, dos enclaves que en los últimos años han potenciado su importancia para los EEUU.
Obama llega a la base un año después de que en 2015 España y EEUU firmaran otra modificación del convenio de Defensa, para convertir Morón en base permanente de fuerzas estadounidenses para operaciones en África, el Mediterráneo y otras regiones, con una Fuerza de Respuesta a Crisis y una presencia permanente de 2.200 militares y 500 civiles estadounidenses, así como 21 aeronaves.
El dispositivo estadounidense se ha incrementado también en la Base Naval de Rota, de un enorme valor geoestratégico, con el despliegue en ella del escudo antimisiles.
Obama podrá hacerse una idea de la pequeña "América" que hay dentro de esta instalación: la implantación de esta comunidad estadounidense se extiende fuera de este recinto militar que ocupa 2.300 hectáreas de Rota, un municipio cuyo paisaje, historia y economía están marcados por esta singular presencia.
Rota tiene en esta base su principal motor económico. El Ayuntamiento estima que supone dos terceras partes del PIB del pueblo y que las 950 viviendas alquiladas suponen unos ingresos mensuales de 1,2 millones de euros para las familias roteñas.
A esta cifra habría que sumarle los alquileres de otras mil viviendas en otros municipios, como El Puerto de Santa María, porque en la base sólo hay unas 400 casas.
Además del consumo de estas familias, la base depara otros beneficios económicos a empresas de la zona, entre ellos el contrato de 229 millones de euros que se firmó para que Navantia se encargue durante siete años del mantenimiento de los cuatro destructores del escudo antimisiles.
En total se calcula que la Base Naval de Rota, tanto por su actividad española como estadounidense, tiene un impacto directo y directo en la zona de 600 millones de euros.
Pese a ello, el municipio de Rota mantiene activas sus reivindicaciones históricas.
Especialmente su demanda de compensaciones por conceptos como la exención del pago impuestos como el IBI de instalaciones no militares en la base, el de circulación de los vehículos o por el hecho de que esta población no está empadronada, con lo que no computa en los cálculos de los ingresos del Estado (PIE).
Los trabajadores españoles de la base se quejan también de la pérdida de puestos de trabajo, a pesar del incremento de la presencia militar estadounidense.