Es un espíritu libre e inquieto. La almeriense Olga Magaña trabaja los lenguajes corporales como nadie. Es una creadora escénica de los pies a la cabeza. Ya cuenta que siendo un niña le gustaba el taconeo; su madre, viendo este poderío con el cuerpo, le apuntó en el Conservatorio de Danza de Almería con 0cho años. Pero a los quince años abandonó. “Lo dejé porque no fue un deseo mío”, afirma.
De su tierra natal, la bailarina dio un salto a Málaga en el año 2008 y dejó atrás un puesto de trabajo fijo como guía turístico en la Alcazaba almeriense y en las zonas de playa. Necesitaba hacer otras cosas, pese a la expresión artística llevaba “muchos años dormida”.
El 2015 fue el año de los reconocimientos a este amor desmedido por la danza como vehículo para “contar cosas y trabajar conceptos”, después de unos inicios muy duros. Recuerda aquellos días con la carpeta de Acnur en la calle Larios para conseguir nuevos socios para esta ONG, o recrear a la típica flamenca sobre un televisor, mostrando su lado más ‘clown’ en la céntrica vía de la capital, donde hasta la mismísima Remedios Cervantes se paró para contemplar su arte.
Con su creación ‘Toma que Time’ se agolparon los reconocimientos por doquier: Premio MálagaCrea de Artes Escénicas, a las Nuevas Tecnologías, varias menciones, Premio Especial de Marketing y además quedó en los altares del MarbellaCrea. Toda una heroicidad. Y también este lenguaje flamenco y de teatro gestual para expresar los recovecos del tiempo se subió a las tablas del Festival de Teatro de Málaga.
Olga Magaña cuenta que ‘Toma que Time’ ha venido cargado de satisfacciones. En semifinales se puso en el Certamen Coreográfico de Danza Española y Flamenco de Madrid.
Su arte se ha codeado con grandes compañías andaluzas y de nuestro país, como los malagueños El Espejo Negro con el espectáculo de marionetas ‘La cabra’, con Acuario Teatro subiendo a las tablas ‘Aladino y la lámpara maravillosa’, y la compañía de danza La Magra con la puesta en escena de ‘Noiseless’.
La almeriense ha fundado la compañía Ararí Danza, que según explica, en caló significa “gestación”. Y es que Olga Magaña es una investigadora del movimiento por antonomasia, con un objetivo principal, “conmover al espectador para que reflexione” sobre diferentes conceptos e inquietudes.
El próximo reto de la bailarina andaluza pasa por la producción de su nuevo espectáculo ‘Baleia’ (ballena en portugués), en el que la artista almeriense afincada en Málaga rinde homenaje a este cetáceo, después de un sueño “muy revelador” y que propició que investigara sobre este animal, tan colosal e inofensivo a la vez.
“Las ballenas me inspiran amor, ternura; desprenden muy buen rollo. Así que quiero que este montaje sea un canto a la vida, a la defensa de estos animales”, explica.
Este nuevo espectáculo se estrenará el próximo mes de octubre en el Teatro Echegaray, dentro del Ciclo ‘Nuevos valores de la danza en Málaga’.