Teresa Lafita, profesora de Bellas Artes y familiar del escultor José Lafita Díaz, ha realizado una exhaustiva investigación sobre la fuente-farola monumental instalada en la plaza dedicada a la Virgen de los Reyes, levantada en 1929, y del refugio peatonal añadido en 1931, construido con chinas lavadas formando dibujos geométricos y que complementaba la fuente-farola monumental de mármol y forja. La roseta mosaico que formaba el citado refugio fue destruida en 1994, cuando se hizo también el cambio del pavimento de adoquines de relabra de la plaza por las losetas actuales, pese a las numerosas y razonadas denuncias formuladas a través de los medios de comunicación.
Los destrozos sufridos por los pavimentos de las plazas de la Virgen de los Reyes y del Triunfo, y la calle Alemanes durante los últimos años, han confirmado la validez del rechazo social que provocaron los cambios del sistema de pavimentación iniciados en 1994, y que Carlos Colón recordó oportunamente y con loable existencia en su sección de Diario de Sevilla, alertando de que reformar únicamente el suelo maltrecho de las plazas y calle sería una actuación torpe, pues lo que procede es que se reforme todo lo que se hizo mal desde el principio.
Carlos Colón fue en 1994, por entonces colaborador de "El País", la voz más alta, razonada, valiente y reiterada, que denunció el atentado que se estaba perpetrando contra el patrimonio cultural ciudadano con el silencio y pasividad de quienes estaban obligados a evitarlo. Y ahora acaba de alertar sobre el proyecto de modificar el andén de la fuente (Diario de Sevilla, 26 de diciembre de 2004).
El asunto pone de actualidad el atentado cultural llevado a cabo en 1994, y denunciado entonces por la profesora Teresa Lafita, nieta del autor de la fuente-farola monumental de la plaza de la Virgen de los Reyes.
En efecto, José Lafita Díaz añadió en 1931, dos años después de su inauguración, un litóstroto en forma de roseta mosaico labrada con chinas que formaban dibujos geométricos y servía de refugio peatonal, al mismo tiempo que complementaba el diseño de la fuente-farola.
Cuando en 1994 se procedió al cambio de los adoquines por las actuales losetas, se destruyó este añadido y se sustituyó por un escalón gris. Un destrozo difícil de explicar que la Corporación municipal dio por bueno.
Los valores que los sistemas de pavimentación añaden a las ciudades, y concretamente a la morfología urbana sevillana, han sido estudiados por los doctores arquitectos Luis Marín de Terán y Aurelio del Pozo Serrano, en un libro titulado Los pavimentos: un fragmento de la Historia Urbana de Sevilla, publicado en 1986 precisamente por el Área de Infraestructura y Equipamiento Urbano del Ayuntamiento de nuestra ciudad, el mismo que ocho años después ignoró su propia documentación.
Los autores citados recuperaron la memoria histórica en seis capítulos, sobre los enladrillados de la ciudad Renacentista, los empedrados de la ciudad barroca, los pavimentos de la ciudad neoclásica, y las innovaciones iniciadas en la segunda mitad del siglo XIX, el momento de los grandes adoquinados y los suelos de la ciudad contemporánea.
También el profesor José Manuel Suárez Garmendia, en su obra básica Arquitectura y Urbanismo en la Sevilla del siglo XIX (1986, Diputación Provincial), aporta conocimientos sobre las reformas urbanas después de la Revolución de 1868.