Dentro del Proyecto de Mejora de la Convivencia, la Delegación Municipal de Educación vuelve a poner en marcha este curso escolar el Aula de Intervención Socioeducativa, con el fin de trabajar con los estudiantes expulsados de larga duración y sus familias de los centros de Secundaria de la localidad. De esta forma, este es el quinto curso consecutivo que se lleva a cabo el proyecto, en el que año tras año se han ido introduciendo mejoras, tanto a nivel de la intervención individual, grupal y familiar, así como en la coordinación con los centros educativos y otros agentes sociales implicados.
De esta forma, hay que recordar que durante los cuatro cursos escolares que lleva en marcha el proyecto se ha atendido a un total de 106 alumnos y a sus respectivas familias. Asimismo, destacar que, de los diez centros educativos de Secundaria que existen en la localidad, nueve han derivado al menos un caso, mientras que también ha habido una derivación desde un colegio de Primaria, a raíz de la cual se elaboró un perfil muy específico para trabajar también con alumnado de Sexto de Primaria.
Por otro lado, en la última reunión de coordinación celebrada en junio de 2016, salió la propuesta por parte de los centros educativos de ampliar el Aula de Intervención Socioeducativa a la atención de alumnado con expulsiones de corta duración pero reiterativas a lo largo de todo el curso. Se trata de un perfil muy específico, en el que el adolescente no llega a provocar una alteración grave en la convivencia del centro que suponga una medida de expulsión de larga duración, pero mantiene a lo largo de todo el curso conductas disruptivas que provocan expulsiones de corta duración.
Así pues, todos los centros escolares asistentes estaban de acuerdo en la posibilidad de trabajar con este perfil de alumnado, por lo que desde la Delegación Municipal de Educación se ha estimado oportuno elaborar un perfil específico atendiendo a esta demanda de los centros de Secundaria y que sirva de experiencia de cara a próximos cursos.
“Lo ideal es que este programa no tuviera que existir, ya que significaría que no habría problemas de convivencia en los centros educativos”, expresa el delegado municipal de Educación, Joaquín Páez, quien resalta que “sabemos el gran esfuerzo que todos los días los claustros y los equipos directivos realizan para mantener la normalidad y el orden en sus centros”. “Además, hay que recordar que este servicio no es otra cosa que un complemento a las determinaciones y planificación que los centros tienen en la gestión de los alumnos y alumnas que han sufrido expulsión”, manifiesta Páez, quien agradece la implicación que existe por parte de los centros educativos, “que cada año trabajan en conjunto con el Ayuntamiento para disminuir los casos de expulsión”.
