Las sociedades evolucionan y los ciudadanos cada vez requieren de nuevas y mayores exigencias. Lejos queda la época en la que se reclamaba el acceso al agua potable en las viviendas y lejos queda, también, el tiempo en que la palabra “saneamiento” no estaba todavía contemplada en la política de aguas de Sevilla.
Desde hace muchos años, Emasesa es una empresa pública que destaca tanto por la calidad de su servicio como por ofrecerlo con unas tarifas de las más bajas de España en lo que al ciclo integral del agua se refiere.
Pero ya no vale sólo con eso. La gestión de una empresa pública, además de ser de calidad, tiene que ser transparente. Lo público debe hacerse público. La empresa debe trabajar para la sociedad de la que forma parte; sobre todo hoy, cuando esta sociedad está cada vez más informada, mejor formada y cuando ejerce un papel activo reclamando a las administraciones transparencia y claridad en la gestión y manejo de su dinero.
Mayor sensibilización
En los últimos años, tanto la crisis como la corrupción han provocado un aumento de la sensibilización del ciudadano en lo que a la gestión de los fondos públicos se refiere. Asimismo, el Pacto Social por el Agua aprobado por la ONU ya resaltaba que la gestión pública “puede y debe prestar los servicios cumpliendo con los estándares más exigentes de calidad y eficiencia garantizando una gestión transparente en la que participe la ciudadanía”.
En ese sentido, Emasesa acaba de celebrar una jornada bajo el título genérico “Ética, Compromiso y Transparencia”, en la que ha presentado su Protocolo de Prevención y Detección de Delitos, siendo la primera empresa pública en España que se adapta a la reforma del Código Penal de 2015 e implanta su propio Código Ético, además de crear todo un exigente procedimiento para su seguimiento y control. Asimismo, se ha comprometido a hacer públicos sus gastos de manera periódica para que el ciudadano pueda comprobar en qué se invierte su dinero.
Compromiso reforzado
De esta manera, Emasesa refuerza su compromiso con la ciudadanía y comparte su conocimiento, su experiencia y su gestión con las administraciones públicas, empresas públicas y privadas, entidades y asociaciones de su entorno.
Este es sólo uno de los primeros pasos dados para consolidar una gestión más humana, más responsable y más pegada a las necesidades y las reclamaciones de los ciudadanos.
El nuevo modelo de gestión también abarca políticas en materia de ayudas sociales, medio ambiente y sostenibilidad, formación, innovación y participación ciudadana.
Se trata, en definitiva, de ahondar en políticas más cercanas a la ciudadanía, políticas que respondan a los intereses y a las demandas de los usuarios, que redunden en su propio beneficio y que contribuyan, en la medida de lo posible, a ir construyendo una Sevilla metropolitana más saludable, más habitable y con una mayor calidad de vida.
