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Sevilla

El Puerto, gran imán industrial

El recinto hispalense logra dar nuevos usos a los antiguos Astilleros, ampliará el área logística y espera ya la Zona Franca

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  • Torres eólicas -

El puerto de Sevilla ha emprendido una travesía hacia su conversión en un recinto preeminentemente industrial, vistas las limitaciones para aumentar su actividad tradicional de carga y descarga de mercancías por la polémica que sigue rodeando la ejecución o no de un dragado de profundización del río Guadalquivir que permita la llegada de buques de mayor tamaño. Por eso, el crecimiento sobre los cinco millones de toneladas que en promedio pasan por el recinto anualmente se sustentará sobre su nuevo perfil como área fabril de referencia en Andalucía. A ello se añade además el impulso a la zona logística ZAL, la futura Zona Franca y, en el ámbito tradicional del movimiento portuario, la búsqueda de un nuevo operador de la terminal de contenedores que aumente este tipo de tráfico.

La estrella es, por encima de todo, la antigua y enorme parcela de 300.000 metros cuadrados que ocupaba la antigua empresa pública, luego privatizada sin éxito, Astilleros de Sevilla. Y, dentro de ella, el proyecto clave es el del grupo vasco Gestamp, quien a través de su filial de productos especializados en acero Gonvarri, va a levantar una fábrica de torres para molinos eólicos instalados en el mar. Sevilla será así un centro fabril para los parques marinos que se están instalando en el Mar del Norte de Europa. Gonvarri, que ya tiene licencia municipal para iniciar parte de las obras, invertirá 54 millones, creará 400 empleos y podrá fabricar hasta 110 torres al año sobre 160.000 metros de la antigua atarazana, incluidas dos de sus gradas.

En segundo lugar de importancia está la ampliación del espacio que ya ocupa la compañía familiar sevillana Tecade, que de casi diez mil metros pasa a ocupar 30.000 y las otras tres gradas del astillero. Construirá en ellas grandes infraestructuras metálicas para obra civil o para plataformas petrolíferas ubicadas en mar abierto. Tanto en el caso de Gonvarri como en el de Tecade, que inicialmente iban a ir aliados para hacer la planta de torres eólicas pero finalmente no lo hicieron, el transporte por vía fluvial y luego marítima es la única alternativa viable par dar salida a sus productos.

Consolidación

Junto a estos dos grandes proyectos sobresale igualmente el de la también empresa sevillana Ditecsa, que sobre 26.000 metros de la parcela de Astilleros va a levantar una planta donde producir elementos para una planta minera en Cuba. El quinteto de empresas que ya ocupan o van a ocupar a corto plazo el 80% de la parcela de los antiguos astilleros se completa con las pymes andaluzas Astilleros del Guadalquivir (del grupo Contsa de Vigo, especializado en construcción de barcos pequeños y reparaciones) y Metalúrgica del Guadalquivir (Megusa, la metalúrgica más antigua de la ciudad, que ocupa otros 25.000 metros).

En paralelo, avanza el proyecto de la Zona Franca, al sur del puerto, que nace con 6 empresas instaladas ya en ella y la ambición de atraer a otras compañías  multinacionales una vez finalizado el vallado de sus 72 hectáreas de extensión en septiembre.

Por último, el nuevo propietario de la Zona de Acividades Logísticas (ZAL) del puerto, la inmobiliaria Merlin, tiene la intención de desarrollar los 100.000 metros cuadrados que están aún por ocupar. La ZAL ocupa ya otros cien mil metros. Merlin adquirió el 60% de la ZAL a la empresa Saba, mientras que el resto de socios son la propia Autoridad Portuaria de Sevilla y las entidades financieras Caixabank y Unicaja.

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