Un total de 20 parejas de Ibis eremita han nidificado este año en los dos núcleos que ocupa la especie en la comarca gaditana, uno en el tajo de la Barca de Vejer y otro en Conil de la Frontera -ambos en La Janda, en la provincia de Cádiz-, lo que supone un aumento de tres parejas respecto a 2015.
Según los datos provisionales del seguimiento de la población reproductora que realiza la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio en el marco del 'Proyecto Eremita', recogidos en una nota de prensa de la Junta de Andalucía, se ha comprobado también la existencia de un mínimo de 26 pollos volados, uno más que el máximo de 25 pollos de 2014.
Estos pollos fueron anillados a lo largo de la temporada reproductora antes de abandonar el nido para tenerlos perfectamente identificados y poder controlarlos en el campo una vez que dejan la zona de cría.
Cabe destacar que fuera de la época reproductora los ejemplares de esta especie tienen dos zonas principales de campeo, el complejo de Montenmedio -campiña de Vejer y Barbate y los campos de golf de Novo Sancti Petri, en Chiclana de la Frontera.
El programa Eremita lo inició la Junta de Andalucía en 2003, en colaboración con el Zoobotánico de Jerez y con el asesoramiento científico de la Estación Biológica de Doñana y del Grupo Internacional de Expertos en Ibis Eremita.
El objetivo era crear en la Comarca de la Janda una población estable y autosuficiente de esta especie, clasificada en el catálogo andaluz de especies amenazadas como extinta, aunque en proceso de ser reclasificada como 'en peligro' gracias a su reintroducción.
Gracias a este programa se ha logrado el mantenimiento de las colonias gaditanas, lo que supone "un hito en la conservación de una de las aves más amenazadas del planeta".
Este hecho la consolida también como la segunda colonia más importante en el mundo, ya que sólo existen parejas reproductoras de esta especie en Marruecos (120 parejas), al haberse extinguido en los últimos años en Oriente Medio.
Estas incipientes poblaciones de ibis, especie única en Europa, se han convertido en un atractivo más para el turismo vinculado a la observación de aves, fotografía de la naturaleza, etc.
Es preciso apuntar que el turismo 'verde' se considera como una de las alternativas más claras para el desarrollo socioeconómico, ya que el auge de esta actividad conlleva nuevas posibilidades laborales y económicas, siempre desde el respeto a la propia naturaleza, para los habitantes de los municipios en los que se asientan.
El Ibis Eremita (Geronticus eremita) es un ave colonial, con un tamaño medio de 70 a 80 centímetros de altura, que habita en zonas áridas o semiáridas de estepas, pastizales y campos de cultivo.
Esta especie, que se alimenta principalmente de insectos y de pequeños vertebrados, nidifica y tiene su refugio en cortados y acantilados costeros.
Las poblaciones del ibis eremita han sufrido un dramático declive a lo largo de los últimos siglos, provocado por la pérdida de hábitat, persecución, y molestias causadas por el hombre, contaminación en tejido por pesticidas y la agricultura intensiva.