El delantero Roman Zozulya ha trabajado en el gimnasio de la ciudad deportiva del Real Betis a la espera de que todas las partes afectadas por su cesión fallida al Rayo Vallecano por la presión de sus ultras adopten una decisión sobre el futuro del punta ucraniano.
Zozulya ha contado con el permiso del Rayo Vallecano para ejercitarse con el Betis y ha hecho trabajo físico en el gimnasio junto a los 'tocados' de la plantilla verdiblanca, aunque fuentes del club informaron de que no se descarta que si la situación se alarga en el tiempo, empiece a entrenar con el grupo.
Roman Zozulya se ha puesto el chándal de trabajo después de una semana en la que ha estado inmerso en una polémica derivada de la oposición de la afición del Rayo a su cesión hasta final de temporada por parte del Betis, lo que ha frustrado la operación hasta el momento y hecho que las partes busquen una salida.
Esta salida debería satisfacer al club que cede, al que recibe al jugador y a Zozulya, que ha pasado los últimos días en negociaciones a muchas bandas -AFE, LaLiga y los clubes- para armonizar asuntos como su derecho constitucional al trabajo y la seguridad de su propia familia, además de saber quién le va a pagar el sueldo.
El agente del jugador, José Lorenzo, casi descartó el pasado lunes que Zozulya vaya a actuar como cedido en el Rayo Vallecano "si el ambiente social que se respira en Vallecas no cambia"; mientras Javier Tebas, presidente de LaLiga, y Anatoliy Scherba, embajador de Ucrania en Madrid, conincidieron ayer en que el Gobierno español debe apoyar al jugador ucraniano.
El propio ministro de Asuntos Exteriores español, Alfonso Dastis, se ha pronunciado sobre este asunto y declarado que el Gobierno no ha tratado la situación de Zozulya, aunque ha señalado que en el mundo del fútbol "hay bastantes actitudes que son preocupantes en determinadas aficiones de los equipos".
