En cada entrevista de trabajo la historia se repetía: ¿qué edad tienes?, ¿tienes hijos?... ¿tienes pensado tenerlos? La discriminación laboral de la mujer sigue siendo la tónica en nuestro país, donde la brecha salarial se transforma en abismo para aquellas que deciden ser madres. Nuestra sociedad aún sigue mirando con malos ojos a profesionales que un día deciden ampliar la familia y algunas empresas se toman incluso como una ofensa pedir reducción de jornada, y no digamos hablar de flexibilidad horaria o teletrabajo. Ellas vieron en el emprendimiento una salida para no renunciar y ahora pueden presumir de conciliar y de haber encontrado el equilibrio para no sentirse culpables, ni en el mundo laboral ni mucho menos en el doméstico por aquello de “no poder llegar a todo”, ¿les suena? Irene Franco (42 años, publicista y con dos hijas de 4 y 3 años) y Susana Álvarez (41 años, publicista y con dos hijos de 10 y 5 años) forman junto a la periodista María Jesús Pérez la empresa Mamity Comunicación y están detrás de Mamis de Málaga, un blog que aspira a ser un punto de encuentro para padres y madres. Ellas fueron las promotoras de ‘Concilia Málaga’ un evento que el pasado mes reunió a bloggers de todo el país que han hecho de las redes sociales su mejor arma por una sociedad más igualitaria y corresponsable.
El fin de un contrato fue el detonante para Susana. Con su pareja en el extranjero y toda la carga familiar, no encontraba un trabajo que “casara” con el horario de los niños. Ahora, es dueña de su tiempo y se organiza para estar respondiendo correos en casa o tiene reuniones virtuales con clientes mientras sus hijos están en el salón, y no se hace viral. “Necesitamos una sociedad igualitaria a la hora de acceder a un trabajo, para que la responsabilidad de los hijos sea compartida, no solo de puertas para adentro del hogar”, apuesta, al tiempo que reivindica que las empresas que sí están apostando por esta responsabilidad den un paso al frente para dar ejemplo apoyando el debate y eventos por la concienciación.
Irene cambió los viajes, las noches fuera de casa y el mundo del visitador médico por ser madre. Un despido le hizo cambiar el ‘chip’. Luego todo cobró sentido: “fue ver la cara de Carla, mi primera hija y tenerlo claro”, asegura. Un giro vital en el que aprovechó para dar forma a una idea que le rondaba por la cabeza. Así nació Iberpin, un dispositivo de identificación de prendas infantiles. “Emprender es muy ingrato, se ha vendido una burbuja de montar negocios pero cuesta, aunque a mí me ha permitido educar y criar a mis hijas”, asegura. No duda en reivindicar “un cambio de ley para que las empresas implanten la flexibilidad o el tele trabajo apostando por la productividad de sus empleados”.
La siesta de los peques es un buen momento para responder correos o impulsar redes sociales, eso sí, “sin un horario fijo”. Ambas coinciden en las ventajas, adiós frustración. Aunque no todas pueden decir lo mismo: “muchas de nuestras amigas tratan de conciliar, pero con ayuda de los familiares, sin esa red de apoyo es imposible”.
Muchos padres también han dado el paso y han alzado la voz por la corresponsabilidad, algunos siendo recriminados por un rol que hoy día no se acepta entre las filas masculinas. Aunque cada vez se da más. “Tenemos que educar a los niños en igualdad desde los colegios, pero también dando ejemplo en casa”, apuestan. Ellas ya lo hacen e irradian su mensaje allí donde van. Ya trabajan en seguir haciendo ruido, desde Málaga. Y nosotros le seguiremos la pista porque van a dar mucho que hablar.
