Comenzó el abono con un encierro de Zalduendo, mansito, desiguales de presentación y juego, sobresaliendo en calidad el primero y quinto. Hubo más de media plaza. A partir del cuarto toro la corrida se vino arriba con la actuación del Fandi siempre dándolo todo, pletórico en banderillas, y atento en la lidia.
Cayetano recordó a su dinastía en una faena pulcra, de buenos trazos, variada y de pura elegancia.
La tarde levantó el vuelo con el cuarto, un toro de 575 kilos que derribó en varas y con el que El Fandi volvió a dar fiesta en banderillas, y mandó en la muleta. Un toro con transmisión y al que le pudo en una faena de poder a poder, cortando la oreja.
Siguió por el buen sendero la corrida con el quinto, donde Cayetano lidió muy bien de salida a un toro noble, tomó un puyazo y se preveía que la fiesta iba a seguir. En los medios le enganchó en tandas sobre la mano derecha y al natural. Tuvo trazos de pura elegancia y de singular belleza, sobre todo durante la última parte de la faena. Quitó de frente en una tanda de mucha enjundia. Mató de estocada y cortó las dos primeras orejas del abono.
Con su primero, que se destapó bien con el capote, echó la cará arriba en la muleta. No hubo momentos de brillantez y lo mejor fue la estocada sin puntilla.
El Fandi se encontró con un primero noble, obediente, que humillaba tomando el engaño ciegamente. Lo toreó a placer con la muleta, hizo cositas de manso que Fandi no supo corregir. La faena fue larga, terminando con un recital de toreo en toda su extensión. Antes en banderillas estuvo prodigioso. Hubo algunos pañuelos pidiendo el indulto, que no fue concedido.
López Simón, que volvía tras el éxito del pasado año al indultar un toro de esta misma ganadería, que ahora cumple los 200 años de existencia, tuvo un primer toro, que salió en tercer lugar, manso, que buscaba la querencia tomando un puyazo del picador de reserva. Apenas unos muletados, no se lo pensó dos veces y estaba el madrileño loco por quitárselo de en medio con el toro rajado. Estuvo mal con la espada. Fue silenciada su labor.
El último, el sexto, lo recibió con una larga cambiada y en los medios lo toreó por verónicas a pies juntos. Se arrancó de largo al caballo, recibiendo un buen puyazo de Tito Sandoval. El animal tomaba el engaño rebrincado. Lo llevó de largo por el pitón derecho. Ya el toro, por tres veces, hizo el amago de irse. Empezó la faena en el tendido cuatro y la terminó en chiqueros, hubo unos circulares por la espalda, para terminar con pinchazo, estocada y y descabello. Todo quedó en silencio y un aviso, y no repitió el triunfo del año pasado.
Antes de comenzar el festejo, se guardó un minuto de silencio en recuerdo de quien fuera presidente de la plaza de toros de Jerez, Francisco La Rubia.
Este viernes se espera un cartel de reventón: Juan José Padilla, Morante de la Puebla y José María Manzanares, con toros de Núñez del Cuvillo.