La Cruz de Mayo del Casco Antiguo de Rota es una tradición ya con solera que sigue permaneciendo a pesar de todo. Y aunque en esta edición el número de chavales participantes ha sido notablemente menor a años anteriores, es una costumbre que permanece y que sigue siendo el semillero de los futuros costaleros de las hermandades locales, como podrán atestiguar muchos de ellos, ahora adultos, que iniciaron su trayectoria en esta procesión infantil.
Este año el retraso en el calendario, con la Feria de Primavera por medio y la romería de San Isidro a las puertas, así como los festejos de María Auxiliadora, han hecho que se haya tenido que adelantar la salida de la Cruz de Mayo, que siempre tomaba el último sábado del mes de mayo como suyo. Esta vez han salido a la calle con una treintena de chavales, y se ha tenido que adaptar el paso de palio que ha venido saliendo años atrás para la Cruz de Mayo, y para que costaleros de menor estatura pudiesen llevarla por las calles del centro.
Los organizadores, cofrades roteños que promueven esta actividad para seguir creando cantera, son conscientes de que a aquellos chavales algo más mayores, de entre 13 y 15 años, que ya llevan en la sangre el amor por este tipo de celebraciones, les atraen ya otro tipo de retos más grandes, como la posibilidad de cargar a María Auxiliadora, Don Bosco o María Mazzarello. La Cruz de Mayo por tanto está ahora en un momento de transición, en la que los participantes son en algunos casos demasiado jóvenes para cargar el paso. Pero eso no hará que esta tradición de más de treinta años de antigüedad se pierda.
A las 20:30 horas salía de la Casa de Hermandad del Nazareno, que como siempre colabora con esta actividad infantil, para precedida de algunas niñas vestidas de flamenca, recorrer las calles del centro durante varias horas, con el acompañamiento musical de miembros de la banda del Nazareno.
Sin duda el año que viene serán de nuevo muchos los jóvenes que quieran participar en esta tradición cofrade que alegra siempre las calles del centro.