El teléfono de Francisco Juncal, el propietario de la joyería de Puertas del Sol que fue golpeado por dos individuos que iban a perpetrar un atraco que fue frustrado por un agente del servicio de grúa, lleva 24 horas “echando humo”, al igual que el de toda su familia. Vecinos, amigos, clientes se han volcado con ellos desde que se enteraron y del intento de robo, y ayer no dejaron dellamar y de ir a la joyería, que abrió con normalidad, para interesarse por Paco, como le conocen.
El susto, tremendo, afortunadamente fue en proporción a la digilencia con la que actuó un agente del servicio de grúa que pasaba por la zona al percatarse de que algo raro estaba ocurriendo cuando dos sujetos entraron en el establecimiento de compro y venta de oro con dos cascos de moto puestos. Un policía local al que ayer iban a ver para agradecer personalmente su “valentía” y su “dedicación” por entrar en la joyería “arriesgando su vida” cuando los dos sujetos le apuntaban con una pistola. En la tarde del martes se convirtió en su ángel de la guarda.
Ya le habían golpeado en la espalda y en la cabeza, donde ha recibido varios puntos de sutura. “Aunque me acosté a las tres de la mañana, ha sido una noche muy larga, no tanto por el dolor, sino pensando en lo que podía haber pasado”, resalta el propietario de la joyería, que ayer se sentía más “agradecido” y ”afortunado” que nunca por la labor policial. “Estaba en peligro, pero cuando oí la voz del Policía se me quitó todo el miedo, sentí alivio y consuelo”. el propietario de la joyería de Puertas de Sol que fue golpeado por dos individuos que iban a perpetrar un atraco que fue frustrado por un agente del servicio de grúa, lleva 24 horas “echando humo”, al igual que el de toda su familia. Vecinos, amigos, clientes se han volcado con ellos desde que se enteraron y del intento de robo, y ayer no dejaron de llamar y de ir a la joyería, que abrió con normalidad, para interesarse por Paco, como le conocen.
El susto, tremendo, afortunadamente fue en proporción a la digilencia con la que actuó un agente del servicio de grúa que pasaba por la zona al percatarse de que algo raro estaba ocurriendo cuando dos sujetos entraron en el establecimiento de compro y venta de oro con dos cascos de moto puestos. Un policía local al que ayer iban a ver para agradecer personalmente su “valentía” y su “dedicación” por entrar en la joyería “arriesgando su vida” cuando los dos sujetos le apuntaban con una pistola. En la tarde del martes se convirtió en su ángel de la guarda.
Ya le habían golpeado en la espalda y en la cabeza, donde ha recibido varios puntos de sutura. “Aunque me acosté a las tres de la mañana, ha sido una noche muy larga, no tanto por el dolor, sino pensando en lo que podía haber pasado”, resalta el propietario de la joyería, que ayer se sentía más “agradecido” y ”afortunado” que nunca por la labor policial. “Estaba en peligro, pero cuando oí la voz del Policía se me quitó todo el miedo, sentí alivio y consuelo”.