El arzobispo de Sevilla considera "sobreabundante" la representación de cofradías, hermandades y asociaciones en la procesión del Corpus Christi y señala que "no sería bueno" que la veneración a la Eucaristía "quedara solapada por otras realidades que no pertenecen a la esencia de esta procesión".
Así lo ha manifestado Juan José Asenjo Pelegrina en una carta pastoral a los fieles sevillanos con motivo de la procesión, mañana jueves, del Corpus Christi por el centro de Sevilla, en la que aboga para que España no pierda sus raíces cristianas y se afiance entre los españoles "la paz, la concordia, la unidad y la solidaridad".
"En esta procesión lo sustantivo no son las numerosas imágenes de santos sevillanos, ni las sobreabundantes representaciones que en ella desfilan. Lo importante es el testimonio público de veneración a la Eucaristía, que no sería bueno que quedara solapado por otras realidades que no pertenecen a la esencia de esta procesión, que es calificada en el Código de Derecho Canónico como procesión eucarística", ha afirmado Asenjo.
A esta procesión asisten, según datos del arzobispado de Sevilla representaciones de 140 entre hermandades de Gloria (advocaciones marianas o de santos), penitencia (las que hacen estación de penitencia durante la Semana Santa) y sacramentales (devoción y adoración del Santísimo Sacramento).
Asimismo también desfilan representantes del Consejo General de Hermandades y Cofradías de la ciudad.
También representaciones de los diferentes asociaciones sevillanas, colegios oficiales, cámaras, reales academias, universidades, cuerpo consular, organismos de justicia, policía, comisiones de los tres ejércitos, Cáritas, comunidades religiosas, así como de las órdenes de San Clemente y San Fernando Constantiniana, Santo Sepulcro y de Malta y de la Real Maestranza de Caballería.
La representación de cada hermandad o cofradía, encabezadas por sus respectivos estandartes, la componen una media de entre 40 y 50 personas, muchas de ellas portando cirios.
La procesión -que sale de la catedral a primeras horas de la mañana y concluye pasado el mediodía- discurre por el centro de Sevilla normalmente en una jornada de intenso sol y calor, lo que lleva a muchos de los miles de asistentes a quejarse de que se prolonga demasiado por la excesiva presencia de miembros de cofradías que desfilan.
La abren los llamados "niños carráncanos" (los que abre cortejo) e intercalados con las representaciones de las hermandades procesionan varios pasos de santos sevillanos.
El primero es el de Santa Ángela de la Cruz y después el de Santas Justa y Rufina, San Isidoro, San Leandro, San Fernando, Inmaculada Concepción, Niño Jesús y la Custodia Pequeña de la Santa Espina. Varios altares, uno de ellos con la imagen de la Virgen de la Hiniesta, son colocados en el recorrido.
Cierra el cortejo la Sagrada Custodia, obra de Juan de Arfe, acompañada por el arzobispo, el obispo auxiliar, el deán del Cabildo catedralicio, miembros de la Corporación Municipal y provincial. Bandas de música
Durante la misa en la catedral, previa a la salida de la Custodia, se realiza el tradicional bailes de los niños Seises.
En su carta, el arzobispo señala que mañana "sin triunfalismos ni arrogancia, pero también sin rubor y sin complejos, los cristianos de Sevilla proclamaremos que el pan eucarístico es el sacramento de nuestra fe y el corazón de la vida de la Iglesia".
Asenjo Pelegrina pide en su carta al Señor que "bendiga a España para que sea siempre fiel a sus raíces cristianas y se afiance entre nosotros la paz, la concordia, la unidad y la solidaridad", a los sevillanos y "a los que creen y a los que no creen, todos ellos hijos muy amados de Dios".