Los ánimos están caldeados, aunque no pierden la esperanza de que haya un acuerdo. Los trabajadores de la plantilla de FCC, empresa concesionaria del servicio de limpieza viaria y recogida de resíduos sólidos urbanos, han mantenido esta misma tarde una reunión para decidir entre todos qué medidas tomar ante la negativa de la empresa a negociar el convenio colectivo.
En esta reunión han visionado además la rueda de prensa ofrecida esta mañana por el primer teniente de alcalde, Daniel Manrique de Lara, "está claro que están de nuestra parte", y han marcado las líneas rojas por las que no están dispuestos a pasar en las próximas reuniones previstas, en las que empresa, trabajadores y Ayuntamiento como mediador tratarán de alcanzar un acuerdo que evite que a partir del 7 de agosto se vaya a huelga de forma indefinida, algo que no pasa desde 2012.
Lo que no se podrá evitar son las cuatro jornadas de parones que comenzarán el próximo lunes, cuando de 11 de la mañana a 14 horas no se recogerá la basura. Lunes y martes, en su lugar, los trabajadores se concentrarán con pancartas a las puertas del Castillo de Luna para dar visibilidad al problema. Los días 31 de julio y 1 de agosto, realizarán manifestaciones partiendo de la nave de FCC en el polígono industrial llegando hasta el Castillo.
No más recortes
Juan José Ponce, presidente del Comité de Empresa de FCC, ha atendido a los medios locales nada más terminar la asamblea de la plantilla para dejar claro que no les falta voluntad de negociar, y que lo único que piden es que se garantice la subida con respecto al coste de la vida, el IPC. Pero lo que se han encontrado de frente es la "intransigencia" de la empresa, que por el contrario propone una serie de recortes y medidas que significarían un perjuicio para la plantilla, sobre todo para los trabajadores eventuales y los fijos a tiempo parcial.
La empresa ha puesto sobre la mesa un convenio colectivo con vigencia por cuatro años que incluye una congelación salarial durante año y medio, así como la realización de contrataciones "a bajo coste". Esto quiere decir que los trabajadores eventuales pasarían a cobrar un 20% menos de lo que se cobra ahora, "creando una plantilla de segunda categoría y afectando directamente a los interinos". Estos eventuales, que cubren bajas, vacaciones y aumento de producción, serían tan baratos de contratar para la empresa que los fijos a tiempo parcial perderían el 50% de su jornada de trabajo, pasando de trabajar 18 días a solo trabajar fines de semana, según denuncia el Comité.
Además, FCC pretende reducir la percepción de sueldo por Incapacidad Temporal del 100 al 75%, y aplicar la reforma laboral en el caso de las bajas por enfermedad o accidente laboral, cuando el convenio actual recoge otras condiciones para esta plantilla.
Para la plantilla, pretenden compensar con recortes los beneficios que la empresa deja de percibir con el último contrato firmado con el Ayuntamiento por 15 años, como ha explicado esta mañana el teniente de alcalde, "sin tener en cuenta además que ahora hay más contenedores soterrados, y que la ciudad en estos próximos años seguirá creciendo, y sin embargo no han contemplado un aumento de personal".
Para estos trabajadores, una media de 60 entre fijos y eventuales, sería suficiente con que se garantizase la subida del IPC, aunque han solicitado además un plus salarial para los peones de barrido, "ya que ahora no solo barren, sino que desde que se implantaron los triciclos también hacen otras labores como soplado de hojas y eliminación de malas hierbas, además que tienen una responsabilidad porque no pueden alejarse demasiado del carrito por seguridad". Tampoco renuncian a que de nuevo la jornada pase de las 37,5 horas a las 35 horas, como el funcionariado, algo que se recogía en el anterior acuerdo pero que no se ha cumplido.
Desde el pasado mes de mayo se han producido distintas reuniones con la empresa con el ánimo de alcanzar un acuerdo que aún no llega, "modificando además varias veces nuestra propuesta", sin éxito. "La empresa se ha cerrado en banda", explican, agradeciendo a los asesores de UGT y CCOO y al Ayuntamiento su apoyo en las negociaciones. La falta de resultados les ha llevado a de nuevo optar por la huelga como medida de presión, aunque aclaran que en su interés nunca está perjudicar al turismo local, por lo que han tratado de que no coincida con la Fiesta de la Urta.
De momento, el lunes 24 de julio comenzarán con los parones y las movilizaciones.