Los padres de Saúl y Pablo, dos alumnos de Primeria e Infantil en el colegio de Isabel la Católica han valorado la llegada de una monitora al centro educativo como "un paso", ya que sus hijos y otros alumnos más, precisaban de una atención especial ya que éstos tienen autismo, minusvalía o TGD (Transtorno General del Desarrollo).
Los afectados han conocido hoy a la monitora que cubre la plaza ya adjudicada por la Delegación de Educación de la Junta de Andalucía; sin embarco, los padres continuarán en la lucha en la que se pedirá otro monitor más, ya que al haber un número determinado de alumnos que precisan de atención y uno, que está por diagnosticar, a lo que se le suma que el centro educativo está divido en varios edificios, el colegio podría tener derecho a otro monitor más.
Finalmente, los padres se han mostrado conformes ante la medida, aunque lamentan que se haya tenido que esperar un mes una vez iniciado el curso escolar para cubrir las necesidades de sus hijos.