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El convento de las Capuchinas cumple un año cerrado a cal y canto

Las monjas abandonaron el 25 de enero de 2017 el convento de clausura de San Fernando tras su traslado al Puerto de Santa María.

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Este jueves día 25 se cumple el primer aniversario del abandono de las Madres Capuchinas del convento de clausura de la calle Constructora Naval. Hace justo una año, un centenar de personas se personaron en el convento isleño para apoyar a las monjas, tras una movilización por las redes sociales. Pensaban que el obispo diocesano, Rafael Zornoza estaba presente y de ahí la concentración para mostrarle el rechazo.

Un 25 de enero, con un retablo mayor vacío de imágenes, el Padre José Francisco Piñero Serván, celebraba la última misa en la capilla Nuestra Señora del Rosario del convento isleño. Tras ello, las monjas, visiblemente emocionadas y entre los aplausos y cariño de los isleños, abandonaban el convento para su traslado al convento de El Puerto de Santa María. Sor María del Carmen Fernández, Sor Inmaculada Crespo Riaza, que durante más de cuarenta años fue la superiora del convento, Sor Pilar Hinojosa y Sor María Jesús Moreno dejaron el convento de San Fernando, entre lágrimas emocionadas.

Un año después, el inmueble de la calle Constructora Naval sigue cerrado a cal y canto. No se ha dado un nuevo uso al mismo, ni siquiera se ha instalado una nueva orden de religiosas, como se apuntaba hace un año, y el edificio sigue deteriorándose.

Por breve pontificio del Papa León XIII de 23 de junio de 1886 se aprueba la fundación del convento. Sería posterior a este breve cuando el Cardenal Arzobispo de Sevilla autoriza en septiembre la salida de cinco monjas del convento de Madres Capuchinas de San Miguel, de El Puerto de Santa María, hoy para todos ustedes hotel Monasterio.

Sor María Josefa Teresa Magón de Campaneu y Casaux fue la gran precursora de este convento. Junto a María Teresa Magón, la que fue primera abadesa del convento, le acompañaron en esta fundación, Sor María Josefa Antonia de Labarrieta, Sor María Josefa Blanco, Sor María Rosalía Alcántara, y Sor María Josefa Luisa Noriega.

De El Puerto de Santa María fueron al convento de Santo Domingo por falta aún de casa en San Fernando, hasta que en agosto de 1889 llegan a esta ciudad”. Las monjas llegaron a San Fernando en una cálida noche de un sábado de agosto de 1889. Lo hicieron en varios carruajes, menos dos que vinieron en tren por encontrarse mal y hacer el viaje con más brevedad”.

Llegaron a San Fernando 15 monjas, cinco profesas y diez novicias, quince que ellas mismas vieron como los 15 misterios del rosario, una bendita casualidad, porque el monasterio isleño toma esta advocación no por ésto, sino porque la Virgen del Rosario, patrona de Cádiz, ofreció la primera protección a las monjas tras su salida del convento de El Puerto de Santa María desde 1886 hasta 1889.

Las obras de la capilla comenzaron en octubre de 1910 y fue bendecida el 21 de noviembre de 1912 por el obispo José María Rancés y Villanueva, en un acto de extraordinaria brillantez y tras una procesión del clero desde la iglesia Mayor hasta este convento.

El 31 de julio del pasado año, una paquetera de servicios funerarios se personó a primera hora de la mañana en el antiguo convento de clausura de las Capuchinas, para llevarse los restos mortales de las 7 u 8 monjas que permanecían enterradas en el convento. Entre estas monjas que recibieron sepultura en el convento de clausura, está la fundadora del mismo, Sor María Teresa Magón de Campaneu.

Después de 128 años, el convento isleño dejó de tener uso, y lo que es peor, su deterioro ya se observa en su fachada por la falta de mantenimiento.

 

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