El tranvía precisa voluntad

Pues visto lo visto, parece que solo nos queda agarrarnos a la promesa de Ciudadanos de que el tranvía de Jaén echará a andar en el mes de agosto, como si de una profecía divina se tratase, toda vez que el cacareado acuerdo del mes de diciembre entre Ayuntamiento y Junta (con la entrada en juego de la Diputación) no llega. Ya lo dijimos a final de año. En este asunto hace falta, como ocurrió con el Museo Íbero, sentarse en la mesa con voluntad y dejarse de falacias y de medias verdades. Por un lado, la Junta lleva dos meses reuniéndose con colectivos, como si de una agenda preelectoral se tratase, presentándoles el nuevo escenario, que no es otro que la entrada en la partida de la Diputación, que aportará un 20 por ciento del déficit de la explotación. Por otro, el Ayuntamiento reclama para la ciudad el dinero cobrado de más en las facturas pagadas del tranvía, señalado por el Tribunal de Cuentas en su informe. Si ese es el escollo, habrá que sentarse y ver si es posible jurídicamente destinar ese dinero a proyectos desde la Junta o descontarlo a lo que queda por pagar de los vagones, porque sobre ello, nadie se pronuncia. Además, habrá que decidir quién paga y cómo, por poco que sea, el arreglo del sistema tras el informe técnico de desperfectos. ¿No parece tan complicado, no? Se trata de solucionar el problema. ¿No están ustedes para eso o es demasiado demagógico preguntarlo? Será demagogo, ya verán.