Hasta el miércoles no tendrá entrenador el Xerez Club Deportivo. De momento es Antonio Barragán quien se hace cargo de la plantilla a la espera de que llegue el relevo de Vicente Vargas. Pepichi Torres, que era la primera opción, no puede entrenar tras haberlo hecho esta campaña en el Chiclana. Lo certificó en la mañana de este lunes el secretario general de la Real Federación Andaluza de Fútbol. Toni López, que también estaba en la lista, queda descartado porque no posee la titulación para entrenar en Tercera. Pedro Carrión, que era otro nombre sobre la mesa, no podría simultanear su labor de jugador con la de jugador. Se busca alguien que conozca la casa y, sobre todo, las circunstancias en las que se va a desarrollar su trabajo.
Se ha llegado a llamar a Carlos Orúe que, al parecer, tiene un compromiso con la Federación de Ceuta y Melilla y no va a entrenar. Incluso se ha tocado de soslayo la opción de Esteban Vigo, por llamar al corazón de un técnico que sienta de verdad al Xerez.
Todo ha quedado aplazado para la jornada del miércoles. Ahí se va a decidir el nombre del técnico que esa misma tarde trabaje con la plantilla y el técnico que se siente el domingo en el banquillo de El Mirador en el encuentro ante el Algeciras.
Igualmente se está trabajando en el finiquito de Vicente Vargas que, por otra parte, ha dado todas las facilidades para que todo se arregle cuanto antes. Por cierto que Vargas se despidió ayer de la afición en una rueda de prensa en la que estuvo acompañado de Adolfo, de Afición Xerecista, y donde manifestó que con la decisión que ha tomado entiende que “ estoy ayudando al Xerez CD”, reiterando que “esta decisión la tenía tomada hace tiempo, concretamente desde el Lucena. Me volvieron a convencer y contra Puente Genil la tomé definitivamente”, asegurando que con su marcha “ va a haber tranquilidad en los jugadores y aficionados”.
Dijo que para salvarse, esa salvación que entiende está a quince puntos, “el equipo tiene que tener una estabilidad, entrenar en un campo y jugar un estadio fijo” y apostó porque el equipo fije su residencia en Torrecera, de donde admitió, como dijo ya con anterioridad, que nunca se tendría que haber salido. También dijo que había cosas que él no podía controlar y que, ante eso, es por lo que ha decidido dar un definitivo paso al lado y dejar paso a otros
