El alcalde de Coripe (Sevilla), Antonio Pérez (PSOE), ha prestado este miércoles declaración como investigado ante la Fiscalía a cuenta de la denuncia promovida por Movimiento contra la Intolerancia, como consecuencia de la incineración de una muñeca que representaba la imagen de Ana Julia Quezada, la asesina confesa del niño Gabriel Cruz, durante la tradicional Quema de Judas de dicha localidad de la Sierra Sur. A su salida, Pérez ha desligado dicho acto de cualquier cariz de "racismo o xenofobia", porque en esta tradición "el muñeco representa al mal y lo que se mata es el mal".
El socialista Antonio Pérez ha prestado declaración ante la Fiscalía Provincial de Sevilla junto a su edil de Festejos, Irene García Galván, ambos investigados por un posible delito de odio a cuenta de la denuncia promovida por Movimiento contra la Intolerancia.
Han acudido a prestar declaración, por cierto, arropados por más de un centenar de vecinos de Coripe llegados a Sevilla capital en dos autobuses y concentrados a las puertas del palacio de justicia con una pancarta en la que se leía el mensaje 'Coripe no es racista'.
Tras prestar declaración ante la Fiscalía durante menos de una hora, Antonio Pérez ha recibido el sonoro aplauso y apoyo de estos vecinos, manifestando brevemente a los medios de comunicación que ha "explicado a la fiscal de qué trata la fiesta" de la Quema de Judas, declarada de Interés Turístico Nacional y en la que "un muñeco representa el mal y lo que se mata es el mal".
"Por ese personaje han pasado desde políticos a banqueros o árabes, todo tipo de figuras", ha dicho el alcalde de Coripe, asegurando que toda la información sobre el carácter de esta fiesta es "perfectamente" localizable en Internet y esta celebración "ni es racismo ni xenofobia". Finalmente, ha agradecido a los vecinos congregados a las puertas del palacio de justicia su "acompañamiento" y el respaldo mostrado.
LA QUEMA DE JUDAS
El pasado abril, la Fiscalía de Sevilla instruyó diligencias para investigar la denuncia presentada por Movimiento contra la Intolerancia, que envió a la Fiscalía de Delitos de Odio de Sevilla un vídeo de esta celebración que tuvo lugar el pasado Domingo de Resurrección para denunciar los hechos, lo que supuso que el Ministerio Público abriese una investigación.
La asociación solicitó a la Fiscalía "la apertura de diligencias de investigación que clarifiquen responsabilidades ante estos hechos por si los mismos fueran constitutivos de un delito contra las libertades y derechos fundamentales del 510 del Código Penal".
Para la asociación, se trata de unos hechos que, a su vez, son "contrarios a los más elementales principios del derecho reparador" y "obvian el necesario interés del menor, que ha de ser protegido en todo momento", ya que "públicamente" fomentan "el odio y la violencia hacia la muñeca representativa de la confesa criminal del niño Gabriel" y en ellos "podrían desarrollarse estereotipos y prejuicios de naturaleza racista, misógina y xenófoba".
La citada muñeca representativa de Ana Julia, según la asociación, fue llevada a la plaza escoltada por unos hombres vestidos de escopeteros que, antes de colgarla, le atizaron varios golpes para después ser tiroteada con munición de salva, hasta que empezó a arder quemándose en su totalidad.
Durante el transcurso de los hechos se escucharos expresiones "vejatorias y humillantes que hacían referencia a su condición de mujer negra, jaleando el linchamiento y la violencia", y todo esto se realizaba en un contexto popular con "menores presenciando los hechos", según subraya la asociación.