Pues sí; al final no ha sido la niña de Rajoy, sino el niño de Aznar el que se ha llevado el gato al agua y será el nuevo y flamante presidente del partido de centro-derecha-y-más-allá más importante del país.
Andan contentos y felices, regocijándose en su victoria, recibiendo llamadas de los que se fueron a Ciudadanos y ahora quieren volver. Paciencia, pronto las recibiréis de los que se fueron a Vox, y de los que hacen cola en el Valle de los Caídos, llamando un taxi con sus brazos en alto.
Las puñaladas voladoras, collejas verbales y videos caricaturescos trocaron en aplauso, abrazo y ovación. Porque nadie ha perdido, y todos han ganado. O eso dice él. Han ganado todos menos los que creemos en una muerte digna o en el derecho a abortar, los que valoramos más una vida que llega en una patera a una que aún no lo es. Los que hoy quieren prohibir los partidos independientes, no como el suyo, que no es nada nacionalista.
Claman victoriosos los que creen que la separación de poderes es poner una pared de pladur entre el Ministerio y el Supremo, los que no soportan que un gobierno extranjero deje a sus jueces actuar con libertad. Los que, desde el desconocimiento, quieren que salgamos del Espacio de Schengen porque no les dan la razón.
Han vencido los que, gracias a un pacto de perdedores, piden que gobierne la lista más votada, los que quieren primar con 50 diputados extra al que tiene más votos, los que buscan hacer del bipartidismo ley.
Han triunfado los que se llenan la boca de banderas arco iris, abanderados de la igualdad para luego hablar de ideología de género y abrazar a Hazte Oír. Ellos, el partido de la gente que madruga, defensores de la vida y de la familia, como si los demás trabajáramos de 12 a 2, fuésemos asesinos y hubiéramos surgido de una col.
Han ganado los que buscan conectar con la España de banderas y balcones, porque el deshauciado, el que vive en un cajero y no tiene balcón, el que entiende el patriotismo como algo en lo que no tiene cabida robar, no somos dignos de esa conexión.
Y sobre todo, ha ganado los que quieren más España. Y ya sabemos que pasa cuando ocurre esto. Más España. Menos Andalucía.