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Jerez

“Un corazón alegre es la mejor medicina, la risa cura”

Esteban Viaña, miembro de la Asociación Payasos Sanadores, recibirá este lunes el reconocimiento de Jerez en el acto institucional de la Semana de los Mayores

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  • Esteban Viaña, integrante de Payasos Sanadores -

Vital  “aunque tengo mis achaques”; conversador exquisito “me cortas cuando quieras, que hablo mucho”;  comprometido al máximo con sus principios y sus sentimientos “siempre bajo el paraguas de Dios” hasta tal punto que hizo “una incursión política en un partido y me apartaron por ser cristiano” aunque eso no le afectó en absoluto para seguir trabajando desde hace más de veinte años “en mis grupos de fe”en la parroquia de San Juan de Dios y para continuar repartiendo sonrisas  “desde los 12 o 14 años. El teatro me llevó al mundo de los payasos ”, Esteban Viaña Caro, Tranquilino, el de la famosa La Chistera de Radio Popular, recibirá este lunes el reconocimiento de Jerez en el acto institucional de la XVIII Semana de los Mayores. Un reconocimiento a su trayectoria como payaso “amateur porque profesionalmente he estado siempre en una bodega de Jerez” y a su labor, ahora, en la Asociación Payasos Sanadores “que se creó a principios de 2017, aunque hemos estado año y medio liado con la burocracia. Es una labor que no se queda solo en los payasos, sino que se organizan talleres y demás”.

La misión de payasos sanadores, que cuenta con un organización nacional, es ir al hospital, al encuentro de los niños ingresados con la intención de “desubicarlos del sitio en que se encuentran, hacerles olvidar la situación de hospitalización que padecen. A veces se consigue y en otras, no. Por eso  nos la planteamos como un reto. Cuando vemos que no conseguimos el objetivo nos incita aún más a perseverar y a hacer felices a esos pequeños”.

Y es que “un corazón alegre es la mejor medicina. Un corazón atormentado te lleva a la enfermedad”.    Una certeza que Esteban, que nos recibió en su domicilio, tuvo al ver una película de Paul Adams en la que, el protagonista, era un médico que “cuando estaba de prácticas entró en una sala de oncología, donde había chavales jóvenes que se mostraban muy tristes. Vio una pequeña pelota roja, la rajó y se la puso en la nariz, como un payaso, y empezó a jugar con ellos. Incluso llevó a cabo una batalla de cojines. Cuando llegó el médico titular vio que el semblante de esos muchachos era diferente. Preguntó si  les habían cambiado la medicación . Incluso los resultados de los análisis eran más positivos. Todo por la risa ”.  Una risa que “es curativa. La risa actúa en el cerebro, la endorfina es una sustancia que actúa positivamente cuando te ríes. Adams por cierto es el creador de la risoterapia”.

Esteban Viaña da la impresión de una persona seria cuando te la topas casualmente por la calle. Pero cuando lo conoces en la distancia corta te encuentras con la realidad de un ser alegre, positivo, enraizado desde sus posiciones ideológicas en favorecer a los demás, en darse por entero a  la sociedad, comenzando por esa familia que es el sostén de su vida. Es una persona activísima desde la cuna como lo demuestra que sus comienzos fueron en el Buen Pastor, en la calle Antona de Dios, “donde había un Hermano que creó la actividad de declamación y canto. Nos subía en una tarima, yo siempre he sido bajito, donde cantábamos y recitábamos y así entré en el coro del colegio. Luego, en el grupo de teatro de Padres de Familia y Antiguos Alumnos, hacía falta un niño y me cogieron a mí. Hacíamos al Maestro Canilla de Pedro Muñoz Seca. Hice de aprendiz de zapatero curiosamente. Y estando la cuarta pared, que es donde está el público, cuando decía una frase la gente se reía y eso me llevó a los payasos. Del teatro a los payasos”.

Y no hay payaso sin circo. “Ya lo cuenta Luis Álvarez en el libro sobre Pancracio. Al final de la calle Porvera montaban un circo donde actuaban Pery y Popey. Popey era el payaso tonto. Me cautivó. Era andaluz. Y ahora he descubierto, a través de las redes sociales, que tiene a un hijo y a un nieto trabajando de payaso también”.

Ahí decidió ser payaso y ser hombre de teatro, con esas tardes-noches en el patio de la casa de Antona de Dios donde se afanaba por preparar las veladas de fin de verano. Y del Buen Pastor a la antigua Escuela de Comercio, donde hoy está la Escuela de Arte, en la Porvera y haciendo pareja con Javier Bellido, el hermano del popular sacerdote ya desaparecido Luis Bellido, con quien actuó en tiempos de Federico Martín Bahamontes, el Águila de Toledo, que lo mismo ganaba una etapa del Tour que a la siguiente se bajaba de la bicicleta. “Javier era el payaso serio y yo le interrumpía. Y en un momento me dijo Tranquilino te abandono y yo le dije adiós Bahamontes. No sabía que estaba allí Maro, que luego hizo una viñeta en el periódico La Voz del Sur”.

Y mucho más de su vida. De su vida como payaso o como hombre de teatro, siempre amateur en sus diversas parcelas, aunque “Pepe Marín, que montó el Grupo de Teatro de Radio Popular, donde también participé, nos dijo un día que seríamos amateur pero ante el público teníamos que ser muy profesional y eso hizo que fuese muy crítico conmigo mismo, veía que en todas mis actuaciones lo podía hacer mejor. En ese sentido siempre he sido muy ambicioso. Ambicioso de hacer, de darme a los demás, porque el mundo vuela y he querido abarcar cosas diversas. He estudiado, trabajado, he hecho la mili, ha actuado y hasta he estado colaborando en organizaciones religiosas. No soy, si quieres, especialista en nada pero todo en lo que me he metido me ha dado mucha riqueza personal”.

“Tras el Trapo” también conoció la figura de Esteban que hizo de “don Arturo Paz” en una obra en el Museo de Relojes. Reconoce que en ese grupo “viví mi segunda juventud. Recorrí Andalucía, Madrid, Cantabria y con ellos fui por vez primera a Mallorca, actuando curiosamente en la carpa de un circo. Allí, anecdóticamente, me conocieron por ser el padre de Viñi, mi hijo, que también trabaja en estas cosas”.

Grupo de Teatro de Radio Popular, Tras el Trapo y siempre Nolo (Manolo Román) y Tranquilino (Esteban Viaña)“llevamos más de cincuenta años juntos, estamos también en el proyecto Payasos sanadores. Hemos ido veinte años seguidos al Club Nazaret. Hemos hecho siete horas distintas de payasos”. Y muchas horas, quince años, costando chistes en La Chistera de Radio Popular que nació “por un chiste que conté en Madrid en una fiesta a la que invitaron a Lolita. Lo pusieron en la radio y Pepe Sánchez, que era muy listo, parió ese programa. Era un chiste diario de lunes a sábado. Todavía la gente se acuerda de mí por aquel programa”.

Y muchos se acuerdan de una frase suya que decía que “nos están robando la risa y hay que intentar que no nos la quiten. En tiempos de los filósofos griegos se ofendían por la risa y en el siglo XVI se castigaba hasta que se demostró que la risa es sana. Si te ríes por la mañana, lo malo se convierte en bueno”.

Bueno es ese homenaje de este lunes que dedica  a su mujer “porque sin ella no hubiese hecho ni la mitad . Me ha facilitado muchos las cosas. Es mi mejor crítica. También a mis hijos, a mi familia, a mi gente”.

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