La convocatoria electoral para el próximo 28 de abril pone fin a la XII Legislatura de la que he formado parte como Diputado por la provincia de Cádiz. Aunque corta -menos de tres años y dos Gobiernos-, ésta ha sido “la Legislatura” en mayúsculas. En el plano personal, ha representado un gran reto para mí, a ratos difícil y complejo, pero siempre apasionante. En lo político, del mismo modo, también ha sido una experiencia importante, conjugando aprendizaje, trabajo y compromiso.
Hoy echando la vista atrás hay dos cosas que puedo decir a quienes depositaron su confianza en forma de voto; la primera, que he trabajado intensamente para poder cumplir en la parte que me tocaba todo a lo que nos comprometíamos en nuestro programa electoral. Y la segunda es que el partido al que apoyaron nunca les ha engañado. Y digo estas dos cosas porque me parecen la base de lo que yo entiendo que debería ser la democracia y la función de los representantes públicos. Trabajo, honestidad, y lealtad hacia todos los ciudadanos y ciudadanas que depositaron su confianza en Unidas Podemos, pero también compromiso con aquello que mejora la vida de la gente, independientemente de que nos hayan votado o no. Es cierto que hay cosas importantes que dijimos que íbamos a cambiar y no hemos podido: no por falta de trabajo, ni por intentarlo, sino porque las mayorías eran los que eran y no nos han dejado. ¿Cuántas ocasiones hemos visto como PP, PSOE y C’s se han unido para impedir las iniciativas que presentaba Unidos Podemos? Bastante más de las que nos gustarían. Y en alguna ocasión contra iniciativas presentadas y defendidas por quien escribe estas líneas y que afectaban directamente a nuestra provincia. Por ejemplo, una de las primeras iniciativas que presenté en el Congreso de los Diputados instaba al Ministerio de Defensa a dar una compensación económica a Barbate como respuesta a la servidumbre militar que afecta a la sierra del Retín y a la que está sometido su término, con lo que implica en términos de crecimiento limitado. En ese caso concreto, el PSOE copió la iniciativa, la descafeinó y se puso de acuerdo con PP y Cs para que saliera adelante. Hoy ya podemos decir que aquella iniciativa tenía como único objetivo dar una patada al problema y que no cambiara nada. Algo similar ocurrió con nuestra propuesta de que el Ministerio de Defensa desactivara la servidumbre militar de la playa de Camposoto, en San Fernando. Una reivindicación histórica de todos los partidos locales. Pues cuando la presentamos en Madrid, PSOE y C´s votaron en contra. La misma política de siempre a la que, por cierto, tan rápidamente se ha acostumbrado Ciudadanos, ha impedido avances importantes para la provincia.
Podemos inició su camino para el cambio con la idea de ser correa de transmisión de los ciudadanos, y permitir que participaran en la vida política del Congreso. Hemos sido pioneros de ello en muchos casos desde nuestra provincia. Por primera vez en la historia, hemos invitado a colectivos a participar para que fueran ellos mismo los que pusieran voz y explicaran en Madrid los problemas que sufrían. Allí estuvieron gracias a Unidos Podemos, los trabajadores de la Base de Rota o el presidente de la Coordinadora Contra la Droga Alternativa, Francisco Mena para explicar la grave situación por la que atraviesa el Campo de Gibraltar, hitos históricos de la mano de Unidos Podemos.
Pero esta legislatura claramente se ha dividido en dos partes, la de Rajoy; la de los escándalos, la corrupción y los recortes y la que después de una moción de censura apoyada por las fuerzas progresistas llevó a Sánchez a La Moncloa. En esta segunda parte, hemos podido ver una cosa meridianamente clara: sin Unidos Podemos el PSOE no hubiera dado algunos pasos importantes en lo que se refiere a mejoras sociales, el ejemplo más claro es la subida del salario mínimo a 900 euros, algo que no solo no estaba en los planes del Gobierno Socialista y que en el acuerdo Rivera-Sánchez de 2016 se reducía a una subida del 1%. Igual podemos decir con otras políticas, como la subida de las pensiones o incluso el haber empujado al gobierno a sacar los presupuestos más sociales de la década. Aunque el Gobierno no haya puesto todos los esfuerzos en sacar estos presupuestos, como tampoco los puso en ganar la moción de censura, lo que queda claro es que sin Podemos y las fuerzas del cambio, el PSOE de Pedro Sánchez se parecería mucho al PSOE de Susana Díaz.
Juan Antonio Delgado Ramos
Diputado de la Comisión Permanente por Unidos Podemos en el Congreso de los Diputados