La polémica sobre el convento de las monjas Capuchinas y las formas utilizadas por el Obispado para tomar posesión del convento tienen un nuevo capítulo en el litigio que mantienen los conserjes a los que los responsables de la Diócesis quisieron desalojar a Ildefonso Portillo y su esposa, Carmen Guerrero, pagándoles 12.000 euros para que abandonaran la casa que habitan y que pertenece al convento.
El día 19 de este mes tendrá lugar un juicio por la vía laboral para determinar la extinción de contrato de Carmen, ya que ella ha seguido trabajando para el convento de las capuchinas puesto que nadie se ha presentado a hablar con ella e indicarle que no eran necesarios sus servicios, ni su trabajo.
La noticia ha sido publicado en la jornada de este lunes por el periódico Libertad Digital y firmada por la graduado social que lleva el caso, María Auxiliadora Moreno Navarro, quien señala que el matrimonio lleva más de dos años viviendo en el convento y solo le han notificado por burofax que debe abandonar la que hoy es su vivienda habitual.
Moreno Navarro recuerda que hubo “un intento de acuerdo antes del juicio civil, en el cual le ofrecían la cantidad de 12.000 euros, que es lo que el Obispado entiende que vale poner una persona de 70 años en la calle después de llevar prestando sus servicios desde aproximadamente el año 1973”.
En el juicio laboral del 19 de este mes, se reclama al Obispado una indemnización por despido “y, por supuesto, la permanencia en la vivienda o bien que le abonen un alquiler”, ya que no tienen una vivienda alternativa,
Existe un acuerdo firmado entre la abadesa y los dos trabajadores, donde se reconoce que existe relación laboral con ambos y la fecha de efectos de dicha relación laboral, que se presentará como prueba en el juicio, Indica Moreno Navarro.
“Nadie se ha puesto en contacto (ni lo harán) de momento con esta parte para un intento de acuerdo, como en todos los casos que hasta ahora he llevado. El silencio y desprecio absoluto hacia los trabajadores es la postura que se ha mantenido desde el Obispado, mostrando superioridad sobre la parte débil”, sigue diciendo la graduado social.
Como publicó este periódico tras la salida de las Capuchinas y su marcha a El Puerto de Santa María, la intencion del Obispado es revertir parte del convento en uno acorde a las disposiciones actuales y acoger a una congregación de monjas jóvenes. Con el resto no se sabe qué quieren hacer aunque desde el Ayuntamiento se manifestaba en su día que estaban abierto a hablar con el Obispado y había predisposición a darle una salida a un edificio con un nivel alto de protección.
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