Los cinco miembros de La Manada han cumplido este viernes con la obligación de presentarse en los juzgados de Sevilla, uno de los requisitos impuestos por la Audiencia de Navarra para su libertad bajo fianza, el mismo día en el que el Tribunal Supremo ha visto los recursos de casación contra su condena.
Los primeros en aparecer por los juzgados del Prado de San Sebastián, en Sevilla, poco antes de las 9.30 horas, han sido José Ángel Prenda y Alfonso Jesús Cabezuelo, quienes no han querido responder a las preguntas de los periodistas a la salida del edificio judicial.
Tampoco han hablado Ángel Boza, que acudió a firmar a las 10.20 de la mañana; Jesús Escudero, que lo ha hecho a las 11.50; y Antonio Manuel Guerrero, que ha cerrado la ronda al mediodía, apenas unos minutos antes de que el abogado del grupo, Agustín Martínez, concluyese su exposición frente a los cinco magistrados de la Sala Segunda de lo Penal del Tribunal Supremo.
El Alto Tribunal ha celebrado este viernes una vista pública para deliberar los recursos de casación presentados contra la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) que confirmó la pena de nueve años de prisión para cada uno de los cinco sevillanos por abuso sexual de una madrileña en los Sanfermines de 2016.
Los encausados, según el auto que ordenó su puesta en libertad, están obligados a comparecer todos los lunes, miércoles y viernes en los juzgados de su lugar de residencia y cuantas veces sean llamados por la Audiencia de Navarra.
También tienen la prohibición de salir del territorio nacional sin autorización judicial, entrar en la Comunidad de Madrid y comunicarse con la víctima.
La Audiencia de Navarra basó su decisión de concederles la libertad provisional en que no apreciaba riesgo de reiteración delictiva ni riesgo de fuga después de que la sentencia rebajase "notablemente" las penas solicitadas por las acusaciones.
El auto, aprobado por mayoría de dos magistrados a uno, indicaba que la prisión provisional se había vinculado en 2017 a las altas penas solicitadas por las acusaciones y a la inminencia de la celebración del juicio oral, pero añadía que "estas razones han perdido notablemente la fuerza que en su día pudieron tener".
Los cinco condenados quedaron en libertad condicional el 22 de junio de 2018 al pagar los 6.000 euros de fianza.
Boza volvió a ser detenido poco después, en agosto de 2018, y regresó a la cárcel por robar unas gafas de sol en un centro comercial y atropellar a un vigilante de seguridad, aunque fue condenado por un delito leve de hurto y lesiones y quedó en libertad.
El exguardia civil Antonio Manuel Guerrero, por su parte, tuvo que comparecer ante el juez para explicar por qué intentó obtener el pasaporte al poco tiempo de salir de prisión, si bien el magistrado estimó su versión de que lo había perdido y necesitaba una copia para consignarla en el juzgado y así cumplir las medidas cautelares.
Cinco meses después de su puesta en libertad, el 30 de noviembre, el Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) ratificó la sentencia de la Audiencia Provincial, dictada el 20 de marzo.