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“Cuando bailo tengo el lujo de ser yo misma, de fluir y vibrar"

Hoy en Cultura VIVA, la bailarina y coreógrafa Raquel Damas, titulada en Danza Clásica y Flamenco

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  • Raquel Damas. -

Bailarina y coreógrafa, dirige desde hace más de dos décadas su escuela de danza, sita en la misma calle del barrio de San Ildefonso donde acudía como alumna. Hoy es una de las profesionales de la Danza Española más respetadas de Jaén, una enamorada de su profesión que disfruta con la docencia y busca nuevos escenarios. Raquel Damas es titulada en Danza Clásica y Flamenco y directora de la escuela de baile que lleva su mismo nombre desde que, con apenas 22 años, decidiera emprender y apostar por la docencia al jubilarse su profesora.

Su academia está en el número 6 de la calle Cuatro Torres y con sólo 8 años ya recibía clases en la Academia de Trini Botello, sita en el número 4 de la misma calle de San Ildefonso. “Con ella descubrí la pasión por la danza, por un baile que representa nuestra cultura. De entre todos los alumnos, ella se fijó en mi para que siguiera con la academia. Fue de esos trenes que pasó por mi vida y menos mal que me subí”, recuerda.

Y es que desde septiembre de 1996 está al frente de la escuela de baile ‘Raquel Damas’, por la que han pasado y pasan a diario jienenses de todas las edades. “La danza no tiene edad, como nada en la vida”, reconoce una defensora del baile como “una disciplina que permite dedicarte tiempo, evadirte, ser tú mismo y sentirte bien”. Para los más jóvenes, dedicar horas a la semana a bailar es adquirir valores como “la amistad, el compañerismo, la disciplina, dedicación, el esfuerzo y el trabajo”.


Dice: “Cuando salen de la academia, se van con las energías renovadas”. La docencia la tiene ocupada, pero el escenario la está llamando cada día con más fuerza. “Me encanta la docencia, pero cada vez me atrae más la idea de subirme al escenario y mostrar mi esencia como bailarina”, reconoce.

Se encuentra en un momento de madurez, de seguridad y saber estar en el escenario, fruto de años de experiencia. “Estoy en un momento muy creativo y me planteo encauzar la Danza por otros caminos”, avanza, no sin puntualizar que como andaluza, siempre defenderá la esencia de la danza española. “El baile latino y el urbano están ahí, pero el baile español es arte, folclore, nuestra seña de identidad. Hay que defender el flamenco, las castañuelas, el volante y el lunar. No se pueden perder”, dice.

No es de las que deja el corazón en la puerta cuando sube la reja de su academia, sino que se involucra. “Para mi no es un trabajo. Todos los días abro con la misma ilusión, fuerzas, ganas y espíritu emprendedor que el primer día, pero con una pasión que aún hoy no puedo explicar”, reconoce.

La Danza se lo ha dado “todo” y ahora se siente más ella que nunca, tras haber madurado su seña artística. “Cuando bailo tengo el lujo de ser yo misma. Expreso lo que tengo dentro. Lo doy todo”, afirma una bailarina que improvisa cuando sale a actuar. “Prefiero vibrar en el escenario. Tengo la música en mi cabeza y fluyo en ese momento”, revela.

Es una enamorada de su vida. Lo que comenzó como un hobby se ha convertido en su pasión y desde muy joven la Danza le ha ofrecido “verdaderas experiencias de vida”. Ha viajado por España y parte del mundo. Ha bailado en escenarios de Argentina, Norte América, Rusia, Italia, Francia, Grecia, Noruega y Polonia y no descarta volver a salir al extranjero. “En un futuro quiero dar un salto fuera. Llevo tiempo sin salir a escenarios de otros países y me apetece”, confirma.

Sin embargo, Jaén es su escenario diario y reconoce que la ciudad le ha tratado muy bien. “Soy una privilegiada. Tengo la suerte de dedicarme a lo que me gusta en mi ciudad. En Jaén hay mucho movimiento de Danza y el público se entrega”, valora. Y así fue el pasado sábado, cuando celebró el espectáculo de fin de curso de la academia, en el Teatro Darymelia. Bailó un tango argentino con aire flamenco, con una coreografía en la que no faltó su mantón de manila.

Es de las academias que más colabora con el Ayuntamiento, que más se deja ver en la calle, pues su afán es que la Danza esté siempre ahí y reivindicar un mayor apoyo. “En general, el mundo de la cultura sobrevive como puede, no sólo en Jaén, sino a nivel nacional. Sacamos la cultura a la calle, pero no hay ayuda para la danza española, el flamenco, para algo tan nuestro y que en otros países adoran”, sentencia.

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