Fue en los años 80, con Pedro Pacheco como alcalde de Jerez, cuando se intentó que Xerez Club Deportivo y Jerez Industrial se fusionasen en un solo club, a pesar de que, por aquel entonces, los xerecistas militaban en Segunda División B y los industrialistas lo hacían en Tercera División. Eran dos equipos de fútbol, porque aún no había llegado el tiempo de las sociedades anónimas deportivas, y todo hacía predecir que las reuniones que se habían llevado a cabo entre las partes iban a dar resultado positivo en las obligadas asambleas generalesextraordinarias de ambos equipos.
Todo estaba decidido, incluso el color de las camisetas que iba a ser la mitad blanca y la otra mitad azul. Pero...había que votar.
Y en la asamblea del Xerez CD, siempre el equipo lastrado por los problemas económicos, se votó sí pero en la del Jerez Industrial determinados socios levantaron la voz, entendiendo que al final lo que se perseguía era la muerte del industrialismo y afloró el sentimiento de aquellos que, en un momento determinado, habían optado por seguir los colores blanquiazules del equipo y se votó que no. El intento del Gobierno Municipal de Pedro Pacheco, que estuvo siempre excesivamente cerca del mundo del fútbol, quedó lastrado porque el sentimiento se antepuso a cualquier otra circunstancia de tipo económico o deportivo. El fútbol, quedó demostrado, no es una cuestión que se pueda arreglar en los despachos, es algo más como también ha quedado patente recientemente en Lorca donde el nuevo alcalde lorquino ha intentado sin éxito fusionar en un solo club al Lorca Deportiva y al Lorca FC, el antiguo Hoya de Lorca. Un equipo deportivo y un club convertido en SAD y los dos, como en Jerez, jugando en Tercera División y los dos habiendo jugado la promoción de ascenso y los dos cayendo eliminados. Un caso parecido, aunque con un condicionante diferente. Los dos equipos juegan en el Francisco Arlés. Y ninguno paga por jugar en el Estadio Municipal.
Intento explicar con estos antecedentes las razones por las que el intento de poner sobre la mesa la posibilidad de unir, aunque en Jerez no haya nada que unir, en un solo equipo los sentimientos del xerecismo ha quedado hecho añicos a poco que la noticia saltaba. Una noticia que se venía fraguando en secreto. Unas reuniones que se venían atisbando en silencio, pero al final cuando la noticia bota sobre el asfalto siempre se coge. Y se recogió el balón, por aquello del mundo del fútbol, se marcó el gol informativo y todo quedó en aguas de borrajas. La intermediación, a la que se le había pedido que desistiese de esa opción,no se sabe atendiendo a qué peticiones, lo tenía todo preparado menos el tema de los medios. Y los medios se convirtieron en el cuarto poder, sin presiones, y adelantaron la información antes de que se produjese.
Y ahora, en contra de lo que sucedía en aquellos años 80 cuando la afición se dividía solo entre xerecistas e industrialistas, hay un arma letal que son las redes sociales. Las mismas se pusieron en efervescencia y de un lado y del otro saltaron chispas. Nadie quería la unión. En la parte del Xerez CD porque esa unión sería una absorción en toda la extensión de la palabra, porque nunca se puede unir una sad con una asociación deportiva y menos en este caso con el lastre económico que le acompaña. En la parte del Xerez DFC porque no se entendería la entrada en el club de personas ajenas al mismo y se rompería esa idiosincrasia con la que nació. El intento se ha quedado en eso, en intento.
El de hace unos años cayó también por su propio peso ya que era la unión de la afición y no de los equipos y está claro que en el fútbol con los sentimientos, que cada uno los tiene donde quiere, no se juega y se defienden a capa y espada .