La vía de 10 kilómetros del eje ferroviario transversal Osuna-Pedrera, que está en el centro del rifirrafe político entre el Ministerio de Fomento y la Consejería andaluza del ramo, pasó en cinco meses de ser pedido en cesión temporal a ser reclamado por la “necesaria transmisión de la titularidad de los terrenos de la Junta de Andalucía a ADIF para la incorporación a la Red Ferroviaria de Interés General”.
Este tramo es necesario para devolver la normalidad al servicio de trenes que discurre por Dos Hermanas, Marchena, Osuna y Pedrera, interrumpido desde hace un año.
Fue el 16 de enero de 2019 (cinco días antes de la toma de posesión de Juan Manuel Moreno Bonilla como presidente de la Junta) cuando Fomento y la Junta acordaron autorizar de manera temporal el uso del tramo.
Cinco meses después, la Consejería de Fomento (ya en manos del PP) era informada de que “para la puesta en servicio de la línea convencional deviene necesaria la transmisión de la titularidad de los terrenos”.
Fuentes de Adif explicaron que el cambio no fue “caprichoso” sino resultado de que, en el transcurso de las negociaciones, fue la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria, la que avisó de que para la autorización de uso y paso de trene, era necesaria la titularidad estatal de la vía.
La Junta recuerda que está dispuesta a ceder esa titularidad pero con el compromiso de una compensación: el tren que unirá Santa Justa y San Pablo.
