La Federación de Asociaciones de Participación Ciudadana del Sur Azul (Fapacsa) ha insistido en su rechazo a la propuesta de ampliación del Puerto algecireño elegida por la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras (APBA) en su Plan Director de Infraestructuras (PDI). El colectivo vecinal considera que las consecuencias, tanto por el ruido como por afectación que tendría sobre las playas. Para ello alude a los datos que aporta el estudio ambiental vinculado al PDI.
Según alegan desde Fapacsa, los vecinos “sufrirán las consecuencias directas de los rellenos hacia la punta de San García” destinados a una terminal de contenedores, indica la federación vecinal algecireña.
Según el estudio ambiental, añade Fapacsa en un comunicado, “el número de personas que se verían afectadas por ruidos con nivel superior a 50 decibelios (dB) es de 36.100 personas residentes en 13.300 viviendas.
El informe apunta que los ruidos por encima de 55 decibelios están por encima del límite establecido legalmente para las noches. Además, alega Fapacsa, el estudio “no cuenta con la nueva ampliación”, la denominada Fase B del muelle Isla Verde Exterior ni con “la consecuencia del ruido adherido de buques y maniobras de una terminal de contenedores, que sobrepasarán los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) de forma permanente para más de 30.000 personas”.
Ello se suma, prosigue la federación de participación ciudadana algecireña, a una “larga lista de afecciones, como calidad de las aguas, contaminación atmosférica, desaparición completa de la playa del Chinarral y la afección a la playa de Getares por la sedimentación y los detritos, que no se están teniendo en cuenta”.
Por todo ello, consideran la ampliación proyectada “una irresponsabilidad insostenible a todas luces”.
La APBA presentó este plan el pasado viernes en una reunión abierta y señala que se trata de una hoja de ruta para la próxima década y que la ampliación se produciría sólo en caso de necesidad.
Pérdidas
Fapacsa ironiza en su escrito sobre “la sostenibilidad de la que hace gala el Puerto de Algeciras” y que, a su juicio, ha supuesto para los ciudadanos numerosos perjuicios.
Responsabilizan al crecimiento de las instalaciones portuarias de la desapacición de las playas del Chorruelo, Los Ladrillos y El Barranco y deterioro de El Chinarral y El Rinconcillo.
Igualmente consideran que a consecuencia de dicho crecimiento se ha producido una serie de repercusiones a nivel medioambiental, como alteración de las corrientes y la dinámica litoral, la acumulación de aguas malolientes y sucias en las dársenas, degradación del paisaje, la pérdida del frente litoral, contaminación atmosférica y afección a los fondos, la flora y la fauna marina.
Culpan al Puerto, además, de la práctica desaparición de la actividad pesquera a consecuencia directa de los rellenos realizados y de los fondeaderos, así como de las pérdidas en el el sector turístico. Todo ello, junto a la molestia que suponen los ruidos las 24 horas, sin conseguir paliar las altas cifras de desempleo de la ciudad y de la comarca, que están “entre las más elevadas de todo el país”.
