La dirección de La Vega ha pedido disculpas tanto al Ayuntamiento de Jerez como al conjunto de la ciudadanía por haber iniciado su actividad careciendo de los permisos necesarios para ello, algo que achacan a “un cúmulo de emociones” que les llevó a “pecar de impulsivos” y abrir el negocio “cual niño con un juguete nuevo que no puede esperar al lunes para enseñarlo a sus compañeros de colegio”.
Según la dirección, la idea era aprovechar el puente de la Inmaculada para “realizar pruebas” y de algún modo “engrasar la maquinaria” tanto a nivel de personal como de instalaciones. De este modo, para el sábado día 7 se planteó un “ensayo a puerta cerrada con familiares y amigos” para que pudieran dar su opinión “sobre el servicio y la comida”.
“Lo que no esperábamos era que tuviéramos una acogida del pueblo jerezano tan grande, que nos preguntaban cuándo abríamos, si iba a haber churros, si la parte de arriba también estaba abierta... Fue un cúmulo de emociones tales que, pecando de impulsivos, nos llevó a abrir las puertas”, explican en un comunicado.
El establecimiento aclara de este modo la incidencia y muestra su voluntad de culminar cuanto antes la solicitud de los permisos necesarios para iniciar la actividad con absoluta normalidad.
