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Sovereign, el crucero con 300 tripulantes confinados 40 días en Málaga

Durante este tiempo han donado más de diez toneladas de alimentos, uniformes y están elaborando mascarillas para la ciudadanía

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  • Representantes de la tripulación. -
  • Más de un mes en el que una parte de sus 800 tripulantes, de más de 80 nacionalidades, se han convertido casi en unos malagueños más
  • En estos momentos hay a bordo 382 personas que se encargan del mantenimiento general y limpieza del barco

El crucero Sovereign, de la naviera Pullmantur, lleva atracado en el puerto de Málaga, con todos los permisos pertinentes de Sanidad Exterior, desde el pasado 20 de marzo. Más de un mes en el que una parte de sus 800 tripulantes, de más de 80 nacionalidades, se han convertido casi en unos malagueños más. En estos momentos hay a bordo 382 personas que se encargan del mantenimiento general y limpieza del barco.

El buque Sovereign tendría que estar realizando ahora la ruta '5 Maravillas del Mediterráneo', con embarque y desembarque en Barcelona y escalas en Nápoles, Civitavecchia (Roma), Livorno (Florencia) y Villefrance. Sin embargo, el estado de alarma y todas las medidas derivadas del mismo le sorprendieron en alta mar y, tras desembarcar a los pasajeros en Cádiz, el puerto de Málaga fue la primera alternativa para atracar, al ser unas instalaciones ya conocidas y con las que se mantienen unas "magníficas relaciones".

Así lo han indicado a Europa Press, en una conferencia telefónica,
Milen Bozhenski, capitán del barco; el hotel director, Luis Leite; Fabrizzio D'Arrigo, guest relations manager y Javier González, jefe de seguridad.

En este tiempo han donado más de diez toneladas de alimentos a las familias más vulnerables de Málaga y actualmente están elaborando mascarillas de tela con sus correspondientes filtros de acuerdo con las especificaciones sanitarias también para que se puedan distribuir entre la ciudadanía.

Es una forma de agradecer cómo les ha acogido la ciudad de Málaga, igual que el hacer sonar cada tarde, a las 20.00 horas, las sirenas, en apoyo a la ciudadanía y a la labor de los sanitarios de todo el mundo que están luchando contra la pandemia del COVID-19.

"Nosotros llegamos de Brasil a Europa y aprovisionamos muchísima comida, dentro de nuestros planes de navegación de un crucero con capacidad para 2.600 pasajeros y de repente todo se paró, llevábamos muchísima comida a bordo y se iba a pasar la fecha de consumo por lo que decidimos con nuestra compañía, Pullmantur, donar estos alimentos a las personas que lo necesitan en Málaga", explican.

Pero además de los alimentos y de la fabricación de las mascarillas, de hecho ya han entregado 200 para que se distribuyan, también han donado ropa, concretamente uniformes que llevan a bordo, sin el logotipo de la naviera. "Colaboramos con todo lo que podemos; entregar es un placer", subrayan estos miembros de la tripulación del Sovereign.

Una tripulación que ha ido disminuyendo gracias a las gestiones que han realizado y siguen realizando a bordo y desde la propia naviera para que puedan volver a sus lugares de origen. Así, necesitan contar no sólo con las conexiones aéreas sino tener seguridad de que las fronteras de sus países están abiertas, algo que en algunos casos no será antes del 30 de mayo; y garantizar que no se queden en países intermedios. "Son gestiones que llevan su tiempo", admiten.

De los 800 tripulantes del buque, hoy por hoy hay 382, un número que en las próximas semanas se va a reducir, indican. "Tenemos que ver cada país, las restricciones, hablamos con las embajadas y vemos que las fronteras no estén cerradas para continuar con las repatriaciones y ver la forma de salir", añaden.

ESTRICTAS MEDIDAS DE SEGURIDAD A BORDO

Así, explican su día a día, y el de sus compañeros, en el barco, entre gestiones de repatriación, elaboración de mascarillas; comunicaciones; mantenimiento del barco y limpieza del mismo. Todo, además, siguiendo "unas estrictas medidas de seguridad" entre ellos.

"En el barco tenemos muchas reglas, cada tripulante está en un camarote solo, las comidas se distribuyen por grupos para que no se sienten muchos a la vez; las actividades se realizan para evitar la congregación en grupos", explican. También higienizan todas las áreas públicas "con unas reglas muy apretadas para mantener la seguridad sanitaria, igual que hace todo el mundo fuera del barco, nosotros también".

Sobre los ánimos de la tripulación a bordo, han subrayado que están "bastante bien a nivel global" aunque hay días en que algunos "pueden tener mejor ánimo que otros". Cada tripulante tiene acceso a Internet y pueden comunicarse con sus familias y amigos.

"En el barco hay un ambiente muy sano, no hay ningún tripulante enfermo, estamos muy bien de salud, disfrutando, mirando las playas de Málaga, La Malagueta, y estamos bien aquí", aseguran estos trabajadores que insisten en la acogida dada desde que llegaron al puerto malagueño.

Estos responsables del Sovereign no tienen calculado cuánto tiempo lleva cada tripulante fuera de casa: "Hay unos que comenzaron el crucero y ya no están, otros que ya habían terminado sus contratos, otros que siguen; hay de todo". No obstante, recuerdan que por su propio trabajo saben bien lo que es estar sin ver a sus familias durante muchos meses.

También admiten que tienen ventaja a la hora de hablar de un confinamiento: "Estamos acostumbrados a estar en espacios reducidos, con mucha gente de distintas nacionalidades y puntos de vista y eso nos llena; tenemos una visión objetiva muy amplia, hablamos con gente de todo el mundo, te pones en la piel de cada uno y eso enriquece bastante".

Sí consideran que la situación derivada del COVID-19 implicará cambios en la operativa pero desconocen cómo se regresará a esa nueva normalidad de la que se habla estos días. Lo que sí aseguran es que pondrán "todo" de su parte para recibir a los pasajeros del crucero en cuanto se pueda. "Queremos que la gente de Málaga sepa que estamos agradecidos por la acogida, muchos de los ciudadanos han viajado alguna vez con Pullmantur y estamos muy agradecidos", añaden.

Respecto a la posibilidad de desembarcar del buque, teniendo en cuenta la posibilidad que se dará a la ciudadanía previsiblemente a partir del próximo 2 de mayo, apuntan que su situación es diferente: "Somos muchos y no creo; aunque dependemos de nuestra compañía y de las autoridades sanitarias del país".

Todos insisten en que en Málaga han sido "muy bien acogidos", de ahí esos "agradecimientos y el poder ayudar y poner nuestro granito de arena" en una situación tan excepcional como la actual. "Nos sentimos como malagueños", concluyen. La operativa de este crucero está suspendida hasta el 29 de mayo, por lo que desde Pullmantur confían en volver a operar el día 30 de ese mes.

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