Los millenials, nacidos entre 1981 y 1993, sufrieron de lleno el golpe del crack de 2008. La devastadora crisis financiera disparó la tasa de paro juvenil al 45,6% en Andalucía y duplicó la población desempleada menor de 35 años en la provincia de Cádiz en solo un lustro. Ahora, la crisis económica por la pandemia vuelve a situar en el precipicio a la que ya se la conoce como la generación perdida.
“Es una cuestión de Estado”, asegura Carlos Alberto García, secretario de Juventud de CCOO Andalucía, quien advierte de que, para sortear las dificultades sufridas entonces, miles de jóvenes abandonaron su tierra para buscarse la vida, hasta el punto de que Almería, Cádiz, Granada, Huelva, Jaén y Sevilla arrojaron un saldo migratorio negativo en 2013 en jóvenes de entre 15 y 34 años. “Ahora, dado que la movilidad es limitada, no tendrán esa alternativa siquiera”.
“Es muy importante fomentar el diálogo social”, plantea, por su parte, Cristina García, responsable de Igualdad y Juventud de UGT Andalucía, y también ofrecer garantías de futuro porque, teme, la temporalidad pasará factura en los próximos meses. “Los jóvenes serán los primeros en perder su trabajo si las empresas atraviesan dificultades”, pronostica.
Quienes conserven su empleo sufrirán, por su parte, una mayor precariedad si no se toman medidas para fomentar la contratación indefinida, por un lado, y mejorar sueldos por otro. En este sentido, cabe recordar que, entre 2008 y 2017, las personas menores de 36 años de Andalucía anotaron un descenso en el salario del 13,6%, cifra casi 10 puntos porcentuales inferior al 3,9% que perdieron quienes superaban esa edad. El porcentaje era también sensiblemente mayor al 10,6% que cayó el salario para menores de 36 años en el territorio nacional. Córdoba y Cádiz fueron las provincias con mayores desplomes.
El presidente de la Asociación de Empresarios de Cádiz (AJE), Daniel Sánchez, se muestra confiado en el futuro porque “tenemos que sobrevivir luchando”, pero admite serios problemas. “Si no apoyamos a las empresas, todos estamos abocados al fracaso”, dice en referencia a las administraciones y las entidades financieras para señalar que las moratorias no son suficientes porque “está muy bien decir no pagues ahora, paga en seis meses, pero no sabemos qué deuda tendremos. Si para entonces tenemos que crear empleo, que me digan qué empleo vamos a crear teniendo dudas pasadas”. Y agrega: “Hace falta que, si no se generan ingresos, los gastos sean cero”.
Por todo ello, pide en representación del sector “un poquito más de ayuda y un poco más de información”. “Se está hablando de ICO y muchas cosas pero no hay información, hay que estar llamando a los bancos y cada uno te dice una cosa diferente”, afirma. “Lo bueno de la juventud es que no nos para nadie, pero al final estamos solos, es lo que hay, pero seguiremos luchando contracorriente”, resume.
Entre las recetas para sobreponer a la provincia de “este otro palo grande cuando estábamos levantando la cabeza de la anterior crisis”, plantea reactivar “cuanto antes el tejido productivo provincial”, garantizando las medidas de seguridad y prevención contra el coronavirus, recuperar la actividad turística, apostar por la industria, “porque tenemos la mano de obra cualificada”, o reforzar la educación. Como medida extraordinaria, finalmente, pide un plan estratégicodiseñado y gestionado por los jóvenes.
La nueva normalidad reduce el empleo juvenil a la mitad
La Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE) advierte de que la media de trabajadores entre las firmas asociadas se ha reducido a la mitad, cuatro, en la vuelta a la normalidad con respecto a la cifra anterior a la crisis sanitaria, según los datos de un estudio realizado en las últimas semanas. El informe también adelanta que el 53,7% prevé pérdidas el próximo año y el 80% asume que empeorará la facturación. En este sentido, el 55,4% de los encuestados señala la caída de ventas como el principal problema.