El director general de Medio Natural, Biodiversidad y Espacios Protegidos de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, Ángel Sánchez, ha liberado en la playa de Los Lances, en Tarifa (Cádiz), un ejemplar de tortuga boba encontrado por un ciudadano en julio del año pasado en la capital gaditana. En la suelta han participado también la subdelegada del Gobierno andaluz en el Campo de Gibraltar, Eva Pajares, y el delegado territorial de Desarrollo Sostenible en la provincia de Cádiz, Daniel Sánchez.
Según ha explicado la Junta en una nota, la elección de esta playa, incluida en el Parque Natural del Estrecho, responde a la intención de respetar el mar en el que apareció varado el animal (océano Atlántico). Además, Los Lances está relativamente próxima al Centro de Gestión del Medio Marino Andaluz (Cegma) de Algeciras, donde la tortuga se ha recuperado de las lesiones que presentaba cuando se encontró en la playa de La Victoria, en Cádiz capital.
Estos animales no están acostumbrados a los traslados por carretera, por lo que reducir los kilómetros a recorrer para su devolución al mar supone disminuir el estrés que sufren en el itinerario.
A pesar de la recuperación del ejemplar, dadas las características del individuo, se considera necesaria su liberación al medio natural con una marca satelital. Esta herramienta, cedida por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, permitirá realizar un seguimiento del animal durante varios meses para comprobar si realmente es capaz de sobrevivir en su hábitat.
En el momento de su hallazgo, este ejemplar de macho adulto con un caparazón de 76 centímetros, presentaba una condición corporal delgada (65 kg de peso) y un traumatismo craneoencefálico severo antiguo compatible con una colisión con una embarcación. Como resultado, la tortuga había perdido el ojo derecho y parte de la estructura ósea de este lateral del cráneo.
Los veterinarios del centro comprobaron que en la zona derecha del caparazón y las extremidades del animal había otras lesiones antiguas, ya resueltas, así como que la tortuga tenía problemas para sumergirse con normalidad y que sufría una anemia muy severa y un proceso inflamatorio crónico. Dado este aspecto general y que las analíticas mostraban un estado sanitario crítico, se ha ofrecido al animal atención y cuidados intensivos durante varios meses.
Así, gracias a la labor de los profesionales del Cegma, la tortuga ha ganado peso, se encuentra completamente recuperada del estado inflamatorio crónico y de la anemia severa. Además, aunque le falta la visión total derecha, es capaz de alimentarse por sí sola buscando la comida que se le facilitaba en el tanque de agua donde ha vivido estos meses.