Estados Unidos alcanzó este sábado la cifra de 6.242.039 casos confirmados de COVID-19 y la de 188.501 fallecidos, según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
Este balance a las 20.00 hora local (00.00 GMT del domingo) es de 43.043 contagios más que el viernes y de 805 nuevas muertes.
Pese a que Nueva York ya no es el estado con un mayor número de contagios, sí sigue como el más golpeado en cuanto a muertos en Estados Unidos con 32.987, más que en Francia o España.
Tan solo en la ciudad de Nueva York han muerto 23.721 personas por la enfermedad, según las autoridades locales.
A Nueva York le siguen en número de fallecidos -de acuerdo con el mapa de Johns Hopkins- la vecina Nueva Jersey (15.985), California (13.706), Texas (13.573) y Florida (11.811).
Otros estados con un gran número de muertos son Massachusetts (9.116), Illinois (8.385), Pensilvania (7.750) y Michigan (6.806).
En cuanto a contagios, California lidera la lista con 734.991, seguido de Texas con 655.075, mientras que el tercero es Florida con 643.867, y Nueva York cuarto con 438.772.
El balance provisional de fallecidos -188.501- supera con creces la cota más baja de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100.000 y 240.000 muertes a causa de la pandemia.
El presidente estadounidense, Donald Trump, rebajó esas estimaciones y se mostró confiado en que la cifra final estaría más bien entre los 50.000 y 60.000 fallecidos, aunque luego auguró hasta 110.000 muertos, un número que también se ha superado.
Por su parte, el Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en cuyos modelos de predicción de la evolución de la pandemia se fija a menudo la Casa Blanca, calcula que para las elecciones presidenciales del 3 de noviembre Estados Unidos habrá superado los 258.000 fallecidos y para el 31 de diciembre los 400.000.