El Juzgado de Instrucción número 5 de Almería ha ordenado la libertad provisional para los diez detenidos por la Policía Nacional por su presunta vinculación con un clan familiar de origen marroquí dedicado al cultivo de droga y ha intervenido más de 4.700 plantas y esquejes de marihuana en viviendas ubicadas en el barrio almeriense de El Puche.
Así lo ha indicado este lunes en una nota la Comisaría Provincial de Almería, que ha precisado que se les imputan delitos contra la salud pública, defraudación de fluido eléctrico y tenencia ilícita de armas, así como que tres de ellos residían en el país de manera irregular.
Fuentes de la investigación han apuntado a EFE que la investigación comenzó debido a las “numerosas quejas ciudadanas” por los “continuos y prolongados” cortes en el suministro eléctrico de dicho barrio, derivados de los enganches ilegales que necesitan este tipo de cultivo.
Por ello, la Brigada Provincial de Policía Judicial de la Comisaría Provincial de Almería intensificó su trabajo para localizar posibles viviendas que ocultasen las plantaciones, hasta dar con varios inmuebles en la calle Tangos que podían estar destinado a tal fin.
Los agentes comprobaron cómo estos puntos contaban con maquinaria de aire acondicionado que funcionaba todo el día, mientras las ventanas permanecían siempre cerradas, lo que no evitaba que de ellos emanase un fuerte olor a marihuana.
Gracias a las vigilancias realizadas, se concretó que entre la calle Tangos y Romances de El Puche había varios domicilios empleados supuestamente por una misma familia de origen marroquí, “muy próximas” entre sí “protegidas y vigiladas” en todo momento.
Las fuentes consultadas han explicado que uno de los ciudadanos marroquíes de dicho clan es el presunto cabecilla del grupo, mientras que su padre y hermano le facilitaban su apoyo, además de contar con el respaldo de un hombre de nacionalidad española que era una “persona de su confianza” y responsable de custodiar las plantaciones en ausencia de éstos.
En otras ocasiones disponían de jóvenes de origen marroquí para realizar estas labores de seguridad, que prácticamente no abandonaban los inmuebles una vez dentro.
No solo se valían de su relación familiar y de estas vigilancias, sino también de la propia dificultad para que gente ajena pudiera acceder a los domicilios con medios físicos como puertas reforzadas para impedir entradas inesperadas.
El pasado 22 de mayo se llevó a cabo un operativo en el que fueron registrados 17 inmuebles y detenidas diez personas, ocho marroquíes y dos españoles, e intervenidas más de 4.700 plantas y esquejes de marihuana.
Los investigadores también se hicieron con armas, cartuchos y elementos propios de este tipo de cultivos, como 212 focos con sus correspondientes bombillas y 230 transformadores.