La Fiscalía va a solicitar 12 años de prisión para un vecino de Laroya (Almería) acusado de golpear con una azada en la cabeza a otro en el transcurso de un discusión por el riego de unos bancales.
Como consecuencia de la agresión, la víctima sufrió un traumatismo craneoencefálico con lesiones que tardaron en curar un año y por las que estuvo ingresado un mes, y le ha quedado como secuela un "trastorno orgánico de la personalidad con incapacidad total para cualquier actividad laboral".
Según recoge el escrito de calificación provisional, consultado por Europa Press, J.R.C., quien será enjuiciado el martes ante la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, inició el 1 de julio de 2012 una discusión con la víctima cuando ambos estaban en el paraje del Álamo de la localidad de Laroya.
Al parecer, ambos iniciaron la riña por el riego de unos bancales y después de que el procesado "cortase" el agua con el que su oponente se encontraba regando un trozo de terreno.
En el transcurso de la discusión, según indica el Ministerio Público, J.R.C. golpeó presuntamente a la víctima, de 61 años, con una azada en "hasta tres ocasiones" en la cabeza.
Tras el ataque, este cayó a la acequia, perdiendo la conciencia, tras lo que el acusado abandonó el lugar y se marchó a su cortijo.
La víctima, que precisó tratamiento médico quirúrgico por neurocirugía y rehabilitación para trastorno cognitivo secundario a las lesiones, sufre una patología "crónica e incurable" que le ocasiona incapacidad total para todo tipo de actividad laboral y le ha quedado un cicatriz de ocho centímetros en la región parieoccipital derecha.
El Ministerio Público interesa para J.R.C., al margen de la pena privativa de libertad como presunto autor de un delito de lesiones con grave enfermedad psíquica, que no pueda aproximarse al herido a una distancia inferior a 1.000 metros durante 20 años ni que pueda comunicarse con él, ya sea por medio directo o indirecto, por ese mismo tiempo.
En concepto de responsabilidad civil, solicita que le indemnice con 23.100 euros por las lesiones y con 450.000 euros por las secuelas ocasionadas por el ataque con la azada.