Se ha querido silenciar mucho
el tema de las macrogranjas en Andalucía diciendo que no existe tal problema.
Pero no es así.
En nuestra comunidad autónoma existen 27.306 explotaciones ganaderas, la mayor parte en extensivo, cierto; pero hay también
mucha actividad en intensivo.
Los
tipos de macrogranjas que más nos encontramos en Andalucía son casos de
porcino y
aves.
Puede que, hoy en día, haya menor porcentaje de macrogranjas por habitante (o por metro cuadrado) que en otras comunidades autónomas; pero siguen queriendo abrir nuevas macrogranjas en nuestra tierra.
Por ejemplo,
quieren montar una macrogranja en la pedanía Solera en Huelma (Jaén).
Y, ¿sabes cuantos habitantes tiene Solera?
No llegan a 500 residentes.
Menos mal que la gente de la comarca ya está en lucha y
recogiendo firmas para impedir este despropósito.
Pero…
Y por qué no quiere la gente tener una macrogranja cerca de casa, si resulta que son tan buenas porque generan mucho empleo…
¿Por qué no queremos que haya macrogranjas en nuestra tierra?
En mi opinión por
dos factores:
- Lo de que generan empleo es una falacia.
- Las consecuencias ambientales.
Respecto al primero de los puntos hay que comentar que nos venden
los proyectos de macrogranjas como una buena industria que va a llenar de riqueza y de empleos a la comarca.
Pero no es cierto.
¿Te acuerdas de la macrogranja que te hablaba antes y que quieren montar en Solera, Jaén?
Pues la previsión es que se creen ¡2 puestos de trabajo!
Lo cierto es que en el momento de la construcción sí hay más empleo, pero en el medio plazo va destruyendo las posibilidades económicas de todas las explotaciones ganaderas de menor tamaño.
Con respecto al segundo de los puntos decir que el sector agropecuario es el tercer sector más contaminante de España, con el 14% de las emisiones en nuestro país.
Y es curioso como muchas personas viven despreocupadas de
las consecuencias ambientales de nuestras actividades económicas; pero, cuando esa contaminación es cerca de casa, la gente se moviliza para oponerse.
Eso sí, hacen bien en luchar contra las macrogranjas porque provocan contaminación, principalmente, por
amoníaco,
nitratos y
antibióticos.
En el caso de los nitratos, somos la quinta comunidad en el ranking de emisiones, por detrás de Cataluña, Galicia, Castilla y León y Aragón.
Pero se han incrementado en 719.000 hectáreas la superficie considerada
Zona Vulnerable a la Contaminación por Nitratos (ZNV) durante la última década, incrementándose un 25,8% el territorio afectado por estos contaminantes.
A lo que hay que añadir
su contribución al cambio climático, año a año, por las emisiones que provocan tanto el transporte de la carne como de los piensos para alimentarlos, además del metano de los propios animales.
Y un añadido más a este coctel explosivo:
Resulta que
las macrogranjas son grandes consumidores de agua y no tiene mucho sentido que, con los problemas de sequías que tenemos en Andalucía, fomentemos este tipo de instalaciones con alto consumo hídrico.
Además, la ganadería industrial es una de las principales causas de
la contaminación de las aguas subterráneas por el empleo de fertilizantes y sus vertidos de purines.
Así que llega el momento de plantearse qué tipo de explotación ganadera queremos tener en Andalucía: ¿Cuidadosa con el medio ambiente y la salud o que solo prime el interés económico de los que ya tienen mucho?
Y, es que, hay un detalle en el que no he entrado aún.
A diferencia de las pequeñas explotaciones, donde muchas veces se han heredado de padres a hijos y, otras, creadas por medio de una financiación a pequeña escala; las macrogranjas solo están al alcance de los que ya disponen de un gran capital, monopolizando en gran medida el mercado del consumo de carne.
En mi opinión, por la salud de todos y del planeta podríamos hacer un par de cambios muy concretos; uno más personal y otro más general, para paliar este problema en Andalucía:
- Reducir el consumo de carne y que la que comamos sea de ganadería extensiva y, mejor, ecológica.
- Regular legalmente el tamaño y condiciones en que deben estar los animales tanto por su bienestar como por los riesgos sociales y medio ambientales.
Seguro que hay muchas más ideas buenas que podríamos aplicar, pero no quiero alargarme más,sino que prefiero animarte a reflexionar sobre qué Andalucía queremos.
Yo, quiero una
Andalucía más verde, limpia, justa, solidaria y saludable para todos. ¿Y tú?
Abraham Velázquez Moraira
Bloguero y miembro de
Verdes Equo