Volvemos a tener miles de casos positivos de coronavirus en nuestro país. Unas cifras similares o incluso superiores que las que tuvimos en la primera ola si seguimos con esta evolución de la pandemia.
Ante este panorama la respuesta por parte del Gobierno de nuestro país sigue siendo la de escudarse detrás de las Comunidades Autónomas con una conferencia de presidentes en la que pocas actuaciones se tienen en cuenta habida cuenta de la gravedad del asunto.
Sánchez no tiene un plan y esto es más que necesario en estos momentos de gran incertidumbre. Entre otras cuestiones porque los contagios actuales pueden ser caldo de cultivo para que los negacionistas ganen fuerza frente a la vacuna.
Pero todo lo contrario a esto. Las vacunas son efectivas porque de otra forma estaríamos ante una catástrofe sanitaria de una magnitud considerable. Si ya hay colapso en los urgencias y en la atención primaria de la sanidad imagínense este panorama con la población sin vacunar.
Siempre he defendido que las medidas deben ser uniformes para el conjunto de España. No puede haber una estrategia contra el coronavirus en cada Comunidad Autónoma. Tampoco se debe usar la pandemia como arma arrojadiza desde un punto de vista político. Ni las víctimas ni quienes están al pie del cañón en el ámbito sanitario se merecen este tipo de actuaciones.
¿Por qué se quitó el uso obligatorio de mascarílla?, ¿por qué se ha dado la apariencia de normalidad ante la población cuando desde hace tiempo se nos venía alertando por la OMS y por el resto de países sobre el incremento de casos que iba a inundarnos?
También nosotros debemos asumir nuestra responsabilidad en todo esto. Si hay más contagios es porque hemos interactuado en mayor medida en multitud de celebraciones, en partidos de fútbol, en comidas de navidad, durante el puente de diciembre… Sí, señores lectores, hemos sido muy poco responsables y eso lo sabemos.
Me gustaría decir otra cosa pero la realidad es esta. Quien establece las medidas sanitarias durante esta pandemia debería saber que la gente debe tener unos límites muy claros a través de normas que deben tirar por bajo los parámetros a seguir.
Pero no quiero despedirme esta semana de ustedes sin un mensaje de ánimo y de esperanza. Como lo hicimos hasta ahora, esta batalla la vamos a seguir ganando, vamos a superar este duro bache juntos como lo hemos hecho hasta ahora.
Celebremos con prudencia y precaución las fiestas navideñas, tal y como lo hicimos hace un año. No nos olvidemos que el virus sigue alrededor nuestra y debemos velar sobre todo por los más vulnerables de nuestras familias. Pensemos en ellos porque lo contrario, no tener esa responsabilidad, conlleva un precio que no podemos pagar como sociedad.
Todo mi ánimo para los enfermos que están en hospitales librando una dura batalla contra el virus. Pronto estaréis con nosotros y nuestras vidas serán normales dentro de las complicaciones de toda esta situación.
Confío en su criterio, sé que vamos a conseguirlo. Feliz Navidad amigos.
