Cáritas registra 28 personas sin techo en las calles isleñas
La cifra es inferior a otras poblaciones vecinas, pero no deja de ser importante
El albergue proyectado por el Padre Juan Jiménez Zayas puede paliar la situación
Cajeros, casapuertas y zonas techadas son lugares donde pasar las noches del invierno
El recuento de personas sin hogar realizado en la noche del jueves por Cáritas, Protección Civil, Asociación San Vicente de Paúl y Policía Local, arrojó un total de 28 personas sin techo, que a diario buscan un lugar donde resguardarse del frío o la lluvia. Esta iniciativa de Cáritas pone de manifiesto la necesidad de incrementar la atención a estas personas, en una cifra importante, pero que aún así es inferior a otras ciudades de la Bahía, que incluso con un menor número de habitantes, tienen a más personas sin hogar.
El recuento evidencia que el perfil de las personas sin hogar es hombre entre 30 y 45 años, de nacionalidad española, aunque también hay extranjeros.
En base al informe que refleja el número de personas sin hogar, se establecerán medidas y estrategias de atención a estas personas.
Un nuevo albergue
El Padre Juan Mariano Jiménez Zayas, creador del comedor social El Pan Nuestro, lleva trabajando varios años con la intención de crear un albergue que pueda tener una importante utilidad sobre todo en los meses de invierno.
El estudio para la construcción del albergue y su financiación está ya sobre la mesa, pero falta el terreno donde levantarlo.
La experiencia que vive a diario el comedor social nacido en el barrio de la Casería y actualmente en el polígono de Fadricas, es claro muestreo de cuántas personas están sin hogar. El Padre Juan aprovecha cada año el mes de diciembre para además de la comida, regalarles mantas con las que afrontar el frío de la calle. El Pan Nuestro se ha convertido en un centro de día pero sabe que hace falta dar un paso más que evite el sufrimiento de muchas personas.
En los días buenos no es raro ver a personas durmiendo sobre bancos de céntricas plazas. Pero en los días de lluvia y frío, los sin techo, buscan cajeros, casapuertas y cualquier techo avanzado que les proteja.
El albergue Federico Ozanam, de la Asociación San Vicente de Paúl, en la calle Lope de Vega, desarrolla una función esencial desde hace décadas.
Cáritas desarrolla además una labor esencial y básica a lo largo de todo el año, pero que en los tiempos de crisis se reviste de especial importancia. La alimentación ha dejado de ser un problemas gracias a Cáritas y al comedor social de El Pan Nuestro. Sin embargo, las personas sin hogar carecen de un lugar donde pasar la noche y encontrar un amigo o una familia entre otros que viven sus mismas circunstancias. Quizás con distinto origen del problema, pero a fin de cuentas, la misma situación difícil con la que vivir día tras día.
Cádiz o El Puerto de Santa María registran muchos más casos.
El recuento evidencia que el perfil de las personas sin hogar es hombre entre 30 y 45 años, de nacionalidad española, aunque también hay extranjeros.
En base al informe que refleja el número de personas sin hogar, se establecerán medidas y estrategias de atención a estas personas.
Un nuevo albergue
El Padre Juan Mariano Jiménez Zayas, creador del comedor social El Pan Nuestro, lleva trabajando varios años con la intención de crear un albergue que pueda tener una importante utilidad sobre todo en los meses de invierno.
El estudio para la construcción del albergue y su financiación está ya sobre la mesa, pero falta el terreno donde levantarlo.
La experiencia que vive a diario el comedor social nacido en el barrio de la Casería y actualmente en el polígono de Fadricas, es claro muestreo de cuántas personas están sin hogar. El Padre Juan aprovecha cada año el mes de diciembre para además de la comida, regalarles mantas con las que afrontar el frío de la calle. El Pan Nuestro se ha convertido en un centro de día pero sabe que hace falta dar un paso más que evite el sufrimiento de muchas personas.
En los días buenos no es raro ver a personas durmiendo sobre bancos de céntricas plazas. Pero en los días de lluvia y frío, los sin techo, buscan cajeros, casapuertas y cualquier techo avanzado que les proteja.
El albergue Federico Ozanam, de la Asociación San Vicente de Paúl, en la calle Lope de Vega, desarrolla una función esencial desde hace décadas.
Cáritas desarrolla además una labor esencial y básica a lo largo de todo el año, pero que en los tiempos de crisis se reviste de especial importancia. La alimentación ha dejado de ser un problemas gracias a Cáritas y al comedor social de El Pan Nuestro. Sin embargo, las personas sin hogar carecen de un lugar donde pasar la noche y encontrar un amigo o una familia entre otros que viven sus mismas circunstancias. Quizás con distinto origen del problema, pero a fin de cuentas, la misma situación difícil con la que vivir día tras día.
Cádiz o El Puerto de Santa María registran muchos más casos.
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