Asimismo, quiere dejar claro que “las familias que conozco y que han ocupado otras viviendas de Micaela Parada y Doctor Girón Segura también lo han hecho por necesidad, no para trapichear con drogas”. Este ciudadano concreta que el inmueble en el que entró “no estaba tapiado y ni siquiera forcé la puerta”, encontrándose con que el piso, que es de titularidad municipal, “cuenta con agua y luz”, por lo que “estoy dispuesto a pagar hasta la comunidad, ya que los vecinos no tienen ningún problema conmigo”, sentencia este joven que sabe que está cometiendo una ilegalidad, “pero no tengo dónde ir… Ya le he solicitado una vivienda al Ayuntamiento de Jerez, al de El Puerto y me piden un dinero al que no puedo hacer frente”, así que reclama “el derecho a tener una vivienda digna, ya que sé que aquí hay muchos pisos sociales que están vacíos”.
Esta familia ya ha recibido la visita de la Policía Local y, si en algún momento le llegara la notificación de desahucio por parte de la autoridad judicial, “pues nos manifestaríamos tanto como si nos echan a nosotros como a otra de las familias del barrio, como si tenemos que hacer huelga de hambre, encadenarnos a la puerta, lo que sea...” Además, “nosotros no nos negamos a pagar una vivienda, sólo pedimos que nos den alguna facilidad para poder afrontar el gasto. Queremos tener un techo como es debido”, cumpliendo así con la legalidad vigente.
La otra cara de la moneda
Los otros protagonistas de la historia son los vecinos que han denunciado esta situación y que hasta han instalado una reja financiándola entre todos en busca de protección para evitar que varias viviendas que están vacías sean ocupadas.
Además, las movilizaciones por parte de un grupo de propietarios de la barriada -que no se atreven a dar su identidad por temor a represalias- siguen sobre la mesa, y se harán efectivas si en el plazo de una semana o diez días el Ayuntamiento de Jerez,a través de la Delegación de Patrimonio, no les da ninguna alternativa que zanje de forma definitiva esta delicada situación.