La playa de Vargas

Publicado: 19/03/2010
se ha destapado un abuso de menores, reiterado en el tiempo, casi veinte años y que estaba basado en la camaradería , el estatus y el deporte.

Le llaman, el caso Karate, por ser el protagonista alguien que parecía sacado de un cuento perfecto, donde un profesor enseña a los alumnos , algo más que catas y golpes mortales, pero que en la realidad tenía bien poco que ver con el maestro oriental que hace sentar firmes, los pies , en la vida, a Karate Kid. No es la primera vez - para nuestra desgracia y vergüenza colectiva- que unos actos de pederastia nos envuelven la boca en una sabana de asco y vomito reseco, porque Arregui ,el cura encarcelado en Chile ha confesado que descargó abundante material pedófilo, solo porque estaba solo y tenía carencia afectivas.

Los investigadores , por la gran cantidad de material que tenía acumulado lo llaman el coleccionista.
Dicen que invertía tiempo y esfuerzo en que esta colección fuera a más, habiéndose encontrado videos y fotos, que, a los mismos investigadores, que ya se imaginarán lo acostumbrados que estarán a esto, le han espeluznado, como practicas de sexo con niños menores de dos años e incluso lactantes.

Arregui para su defensa dice que los videos que ha grabado con menores , en España entre los años 1993 y 2003, fueron consentidos, originados para que él disfrutara de ello, porque le producían ,teniendo en cuenta sus propias palabras, una descarga sexual.

Supongo que Fernando Torres, el profesor y ex campeón karateca, también aliviaba sus muchas tensiones con niños y niñas de entre trece años de edad, a los que premiaba con visitas a su casa de la playa de Vargas, donde uniendo dos unifamiliares por el jardín, había construido un nido de amor de lo más provechoso, para él y sus acólitos.

Hay gente que se dedica a tapar estos actos, que los sobrelleva como si fueran una condena explícita, hacia el mundo de donde provienen los pederastas, sea la iglesia o el deporte, qué más da, porque piensan en forma corporativa y ven en estas denuncias, en estas realidades, una forma muy clara de acabar con la organización de donde estos pederastas se han sustentado y servido.

Pero esto no es más que un enmascaramiento más de la realidad ,un avergonzar -una vez más- a las víctimas, un darle la espalda, para vejarlos y humillarlos, igual que hicieron los que los pervirtieron, los que burlaron su infancia, su inocencia , para travestirlos en ríos de odio, en ganas de venganza y , en algunos casos , como en el beso del vampiro, en el origen de un futuro vampiro, como Esther, la primera mujer de Torres o María José, la segunda, que de víctimas pasaron a verdugos, de jovencitas inocentes y creyentes, a creadoras de nuevos vampiros que saciar de sangre de jóvenes, de mentes infantiles y cuerpos núbiles y callados.

No es más que el egoísmo supremo, la codicia del cuerpo ajeno, la falta de respeto a los demás, a la niñez , a todo lo sagrado que deberían respetar, más si cabe un profesor o un asesor espiritual, alguien en quien confías a tus hijos , para que los cuiden igual que tú o quizás aún más , porque deben educarlos en lo bueno, no en la basura y la inmundicia que ellos representan, en cuanto se quitan las caretas , en cuanto cierran la puerta y tras ellas, pervierten y doblan voluntades, a fuerza de sadismo y lagrimas resecas .

Dice Aguirre que eran su descarga sexual, dice Torres que era su forma de vida, pero no son más que palabras de pervertidos de la raza humana que no conforman , ni deben formar parte de nuestra vida, no porque no respeten normas básicas de convivencia, sino porque matan, escoran y dañan, voluntades y metas, sueños felices y dormir tranquilo, destrozan a nuestros hijos y los vejan y ellos se quedan ,satisfechos y tranquilos.

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