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La reacción rojiblanca empieza a cobrarse sus daños colaterales

Las novedades surtieron efecto

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  • Villalba empieza a no tener sitio.
La reacción que ha encadenado los rojiblancos en estas últimas jornadas no deja lugar a la duda en el cambio de rol en el que jugadores que antes tenían mayor presencia han pasado a ser meros espectadores de una situación compleja. El caso de David Villalba, máximo goleador en cuanto a delanteros se refiere, es el caso icono en cuanto a la situación que le ha tocado vivir. La situación se preveía un acicate más tras las contrataciones en enero de Toboso y Javi Moreno. Las miradas a la zona atacante era un aviso a navegantes que ha empezado a tomar un cariz incierto. El roteño no fue ni citado cuando el míster racinguista se jugaba su puesto dando su lugar a un juvenil como es Zafra provocando el penalti.
El técnico no dudo en reconocer que sería fiel hasta “el final. Si tengo que irme lo haré con mis ideas pase lo que pase”. En una apuesta valiente el sanluqueño dejó fuera a un peso pesado fuera de la convocatoria. El resultado no pudo venirle mejor.
La jugada al principio se entendió como un claro gesto de un autocese. El paso de las jornadas no ha hecho sino confirmar que prefiere el compromiso y confianza en los que a su entender están a tope no sólo física sino psicológicamente. Manzano, fiel a sus principios no dudará en dejar fuera a todo aquel que no vea convencido de poder sumar. El rendimiento que ha venido ofreciendo Villalba parece no satisfacer al técnico rojiblanco del que esperaba una mayor presencia de la que ha venido haciendo gala durante la temporada. El sábado a pesar de que volvía a estar disponible después de la sanción, su lugar lo ocupaba el jerezano Javi Moreno que finalmente entraría en la convocatoria por primera vez esta temporada y jugaría sus primeros minutos como rojiblanco tras sustituir a Zafra.
Otro caso es el de Alberto Fernández con cada vez menos presencia en el once. Los resultados obtenidos avalan que los cambios se realizaron para buscar una mejoría. Y es que Manzano prefiere gente de su confianza a su lado. El caso de Parra es un ejemplo. El jugador sigue sin estar al cien por cien pero lo prefiere en el grupo antes que a otros. Hasta ahora la apuesta no le ha podido venir mejor al sanluqueño.

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